Como orate y con escándalo se puso a trabajar anoche el volcán Llaima, en la Región de La Araucanía. Tanta cuática le pone, que el flujo de lava que mana de su cráter estaba a punto de alcanzar el río Calbuco.

La pirotecnia del macizo obligó a que los habitantes de Cherquenco, a 12 kilómetros de la montaña de fuego, salieran de sus casas y se dirigieran a la Plaza de Armas del pueblo para observar la escoba.

Los cherquenquinos -según radio Bío-Bío- juraron que antes de que el Llaima empezara a lanzar material ígneo se produjo una tremenda explosión. A diferencia de ocasiones anteriores, no hubo movimientos telúricos ni ruidos subterráneos. O sea, fue de una, sin avisitos.

Versiones no oficiales dicen  que el río de lava habría aumentado al doble, por el presunto desprendimiento de un pedazo de la zona superior del cráter, que habría provocado el aumento en la expulsión del material volcánico.

JULEPE

Ante el nuevo escenario del terrible macizo, cachable desde distintos lugares de la zona, el gobernador de Cautín, Andrés Jouannet, y personal militar y voluntarios de Bomberos se ubicaban en los faldeos del volcán, a la espera de determinar las medidas a seguir.

No se descartaba anoche que pudiera decretarse la alarma ante un posible riesgo de aluvión.

LA PREVIA

Antes de que la noche se pusiera movida, la Dirección Regional de la ONEMI en La Araucanía, había informado que el Llaima presentaba una mayor actividad en relación al miércoles.

Ello se constató luego de un sobrevuelo efectuado por la directora de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), Carmen Fernández, y el gobernador de Cautín, en compañía de un equipo técnico de la repartición y del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin).