“El miedo aquí es real...”: Mariana Díaz relató sus días reporteando la invasión rusa en Ucrania

Mariana Díaz.
Mariana Díaz.

La periodista chilena se encontraba en Kiev cuando Vladimir Putin aprobó la “operación militar” en el país vecino. “Ha sido una presión psicológica súper fuerte”, detalló ella.

Desde enero, la periodista Mariana Díaz, corresponsal de Canal 13 en Europa, había estado cubriendo el conflicto en la región ucraniana del Dombás, en la frontera con Rusia, abarcando las provincias separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk.

Semanas después, cuando el presidente ruso, Vladimir Putin, aprobó una “operación militar” en Ucrania, Díaz viajó a la capital, Kiev, desde donde hizo sus reportes del conflicto.

“Vine sin camarógrafos ni equipos técnicos”, contó días atrás al DFMÁS. “Siempre trabajo sola”, por lo que “para grabar utilizo un trípode y un teléfono”; es decir, “me especialicé en periodismo móvil”.

Ello tiene la ventaja de que “cuando llegas a entrevistar con un teléfono, la gente se asusta menos, sobre todo en un momento delicado”, explicó. “Todos tenemos uno, todos nos sacamos selfies: es una barrera menos para dialogar”.

La periodista chilena vive desde el 2003 en Roma, Italia, donde hizo sus estudios universitarios, lo que la ha llevado a cubrir distintos hitos internacionales, desde terremotos hasta la pandemia.

Cuando le pidieron empezar a cubrir el conflicto, en enero, “acepté de inmediato, porque “me interesaba entender lo que estaba pasando”. Así que “acepté también con un poco de inconsciencia, porque uno no sabe en realidad a lo que se expone”.

“Me dan lo mismo las funas”

Ahora, cuando le pidieron ir de nuevo al país ucraniano a fines de enero, “ya sabía a lo que venía”, por lo tanto “tenía sentimientos encontrados: personalmente tenía mucho miedo, sí, pero también era un desafío tremendo”.

“Jamás me habría perdonado profesionalmente no haberlo hecho”, declaró al citado medio, aunque le habría “gustado prepararme más”, como hacer un curso de primeros auxilios.

También relató que en situaciones de este tipo “uno entra como en un trance”, por lo que “no te cuestionas lo que está pasando ni qué va a pasar mañana, ni si caería una bomba cerca”. Y es mejor así “porque cada vez que pensaba en eso me asusté mucho”.

“Suena raro, pero como que empiezas a normalizar la situación”, continuó. “El otro día estaba escribiendo, y escuché una bomba más o menos lejos. Y no me moví”.

Aunque ello no significa que el escenario se vuelva más agradable: “Escuchar cada media hora una explosión y la alarma que no deja de sonar, ha sido una presión psicológica súper fuerte que hay que tratar de mantener a raya, porque si no te puede pasar una mala jugada si te dejas llevar por el miedo”, contó a TiempoX.

“Alguien reclamó por Twitter que se notaba mi miedo en mis despachos”, lanzó. “Se critica a periodistas por cómo hacen su trabajo, a otros por figurar. Ninguna crítica que venga de alguien que esté sentado en la comodidad de su casa, vale. El miedo aquí es real. Me dan lo mismo las funas”.

Es más, en una ocasión se tomó un momento para responderle a un cibernauta en redes sociales, respecto a uno de sus despachos: “Sí, tenía miedo. Sí, estaban bombardeando y no sabíamos dónde. Sí, llevo días sin dormir. Sí, estamos transmitiendo desde un país en guerra. Sí, sabía a lo que venía”.

E insisto... tenía miedo, y usted, ¿qué tiene?”, remató su intervención.

El pasado jueves 3 de marzo, a una semana de desatada la invasión, pudo volver a su casa con su familia.

“Es bueno hacer rotaciones en el equipo, es una situación de conflicto y se necesita descansar después de un largo rato cubriendo”, cerró. “¿Volveré? Quién sabe”.

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