Roberto Martínez Vásquez fue un criminal que creció en hogares de menores donde destacó por su creatividad y talento artístico, hasta que el camino del mal lo llevó de la cárcel al cementerio.

Por un asalto con violación en el barrio alto fue bautizado por la prensa como el Sicópata de La Dehesa. Además ultrajó por lo menos a cinco mujeres, a las cuales les reclamaba por las pocas oportunidades que tuvo en la vida, y asesinó, descuartizó y quemó el cuerpo de su polola.

La policía lo capturó y el criminal se suicidó en su celda de Colina II en diciembre del 2002 con el cable de la máquina de escribir eléctrica donde narraba sus memorias, aprovechando un corte de luz que les impidió a los gendarmes ver lo que hacía a través de la cámara de seguridad.

La cuática historia cautivó al periodismo, se hizo una biografía del finado y está casi lista una película que cuenta su drama titulada "Tila: fragmentos de un psicópata", dirigida por Alejandro Torres.

Y como si eso fuera poco, el 26 de septiembre se estrenará en la Escuela de Teatro ARCOS la obra "Roberto Martínez (al que le decían el Tila)".

La creación será montada por la compañía La Pianta y su creador es el dramaturgo Iván Fernández, quien manifestó que "me han preguntado varias veces ¿Por qué el Tila?, y yo respondo ¿Y por qué no? En él se encuentra esa identidad chilena que nadie quiere reconocer, esa con pobreza y violencia".

El director de la obra, Sebastián Squella, dijo que "hicimos una investigación, pero más que hacer un trabajo biográfico del Tila, lo que me llama la atención es la cantidad de versiones que hay sobre su vida, como que todos se sienten con la capacidad de dictaminar un millón de cosas que habría hecho, o no, construyendo un mito sobre él".

El Seba agregó que la intención de su compañía es poner el ojo en la construcción de un ícono y “descubrir a quién le sirve que la gente tenga miedo del otro y viva encerrada en sus casas”.

- ¿A quién le recomendarías ver la obra?

- Lo interesante de nuestra compañía es que trabajamos para gente que no está en la elite cultural, gente común y corriente que se va a entretener y que también tiene pensamiento crítico.

- El “Tila” se distinguía de los demás por su interés artístico...

- El mito más fuerte se devela cuando uno le pregunta a alguien por el “Tila”. Lo primero que dicen es que “era un hueón muy inteligente”, y para nosotros lo interesante es jugar con un personaje de esas características que para algunos es más interesante que un delincuente habitual por saber escribir y pintar.