La mujer que se entregó a carabineros, confesó que había asesinado a su conviviente y  que luego, con la intención de ocultar el crimen, cortó el cuerpo de su pareja  y lo puso a hervir en una olla de 50 litros, escuchó la lectura de sentencia con atención y tranquilidad.

Con las pruebas y testimonios expuestos durante una semana de juicio oral,  quedó acreditado que el 5 de abril de 2014 , la acusada asesinó con un revólver  a Claudio Andrés Muñoz Ramírez, en el domicilio que ambos compartían en Molina. El hecho ocurrió tras una discusión  motivada por la apropiación de un dinero por parte de la víctima, que había sido obtenido por Roxana Valdés gracias a la venta de su casa.

El disparo produjo una laceración cardiaca, pulmonar y gástrica, provocando la muerte de Muñoz Ramírez, lo que configura  el delito de parricidio.

Lo cuático es que el posterior cercenamiento del cuerpo, cuando la víctima  ya estaba fallecida, no es considerado por la actual  legislación como una agravante, por lo tanto no fue tomado en cuenta.

15 años

Una vez finalizada la audiencia, la fiscal  de Molina que encabeza el caso, Mónica Barrientos,  señaló que“ argumentamos  que aquí hay un delito de parricidio y en ese delito la imputada actúa en calidad de autora. Todas las circunstancias desarrolladas en el juicio demuestran que efectivamente no había ninguna circunstancia que pudiera eximirla de su responsabilidad penal y nosotros lo que decimos es que ella tubo control respecto de la circunstancia en que ocurre el hecho”.

La persecutora  solicitó una pena de 15 años de presidio, sin beneficios, y reconoció las atenuantes de irreprochable conducta anterior de la imputada  y haber confesado el hecho.

Defensa espera conseguir 800 días de prisión

El abogado  defensor, Juan Pablo Cárdenas, aspira a que el tribunal acoja otras tres atenuantes para conseguir rebajar la pena en 1, 2 o incluso 3 grados. De esta manera, Roxana Valdés Caro podría llegar a cumplir su pena con libertad vigilada.

Una atenuante, indicó el defensor, sería  la colaboración sustancial al esclarecimiento del hecho,  pues teniendo la imputada el derecho a guardar silencio, fue ella quien le indicó a carabineros que el cuerpo cercenado y cocinado de su pareja estaba en el portamaletas de su auto.

El segundo, agregó Cárdenas,  es actuar con arrebato y obcecación, pues “éste no fue un crimen por lucro, ya que la concepción que ella tenía del dinero era distinta a la del lucro, ese dinero  representaba para ella su proyecto de vida, porque había planeado vender su casa para  comprar un camión , así  mejorar su negocio de venta de frutas y verduras, por lo tanto ella actuó al ver amenazado su proyecto de vida”.

Finalmente, la defensa aspira a que el tribunal reconozca  la imputabilidad disminuida de Roxana Valdés, lo que intentaron demostrar   con pericias psiquiátricas . “No podemos situarnos sólo en el día en que ocurrieron los hechos, hay una seguidilla de hechos antes, hay una situación de violencia intrafamiliar, la pérdida de un bebé tres semanas antes de ocurrido el hecho, ella estaba con una depresión diagnosticada, estaba siendo medicada y a todo ésto se suma el robo de su dinero, mermando su capacidad volitiva ”.

“Con estas atenuantes, el tribunal puede rebajar la pena asignada al delito, por lo que hemos solicitado una pena de 800 días de presidio menor, en su grado medio, cumpliéndose los requisitos para cumplir la condena bajo libertad vigilada”, puntualizó el abogado Juan Pablo Cárdenas.

El tribunal fijó para el jueves, la lectura de la sentencia definitiva.