El 16 de este mes se inició en Londres, en medio de una gran expectación mediática, el juicio contra Steve Wright, acusado de asesinar a cinco mujeres.

Desde que su esposa Pamela comenzó a hacer turnos nocturnos como operadora telefónica, en 2006, Wright casi no la veía. Pero poco le importaba. Al contrario, así tuvo tiempo suficiente para dar rienda suelta a sus instintos más bajos y criminales.

En octubre de ese año, el camionero de entonces 48 años comenzó una rutina macabra. Hacía pocos días la pareja se había cambiado de casa y se instaló cerca del barrio rojo de la localidad sureña de Ipswich.

Cuando la mujer se despedía para ir a su trabajo ignoraba que el hombre subía a su vehículo y vitrineaba mariposas nocturnas hasta dar con las más atractivas. Según la investigación, les metía conversa y escogía a las que eran adictas a las drogas.

A mediados de noviembre, la mujer de Wright pidió dos semanas de vacaciones en su pega porque se sentía enferma y cansada. Aún no sospechaba el hobbie de su marido. Durante esos días se detuvieron los asesinatos, pero apenas ella volvió al trabajo el degenerado hizo lo mismo con su sádico festín.

Alertada por una denuncia, la policía comenzó a buscar a Tania Nicol, una joven de 19 años que salió de su casa para supuestamente ir a su trabajo nocturno en un hotel. Su madre notificó la desaparición, porque era anormal que no la llamara por teléfono. La mujer no sabía que su hija había entrado en el círculo vicioso de la heroína y que cada noche cambiaba su cuerpo por una dosis de amargo polvo blanco. Su cuerpo sería hallado el 8 de diciembre.

SIN PIEDAD

El primer cadáver apareció el 2 de diciembre, desnudo y con los brazos en cruz. Era de Gemma Adams. La policía paró las antenas, pero la prensa no le dio mucha esférica al caso porque pensó que sólo era una prostituta menos. Siete días después apareció la segunda víctima. Anneli Alderton también fue estrangulada, también tuvo sexo con el asesino y también era hermosa.

El 12 de ese mes, en un bosque, fueron hallados los cuerpos de Paula Clennell y Annette Nicholls.

El tema ahora sí interesó a la prensa y la policía destinó 500 sabuesos para ubicar al asesino en serie.

Gracias a una recompensa de 7 mil libras esterlinas que ofreció el diario sensacionalista News of the World, se recibieron más de 7 mil llamadas con pistas de posibles sospechosos.

El 18 de diciembre fue detenido Tom Stephens, un hombre de 37 años que trabaja en un supermercado. El sujeto había señalado a los reporteros: "Soy amigo de todas las chicas y no tengo ninguna coartada". Al final resultó ser un exhibicionista, una pérdida de tiempo y recursos.

Al día siguiente una patrulla vio a Wright en actitudes sospechosas, buscando una nueva víctima. Lo hicieron parar y verseó que no podía dormir. "Salí a dar una vuelta", dijo. No le creyeron. Desde ese momento está en cana y los crímenes cesaron.

QUE SE PUDRA

Wright admitió haber tenido relaciones sexuales con las mujeres asesinadas, pero niega haberlas matado.

Según el fiscal Peter Wright, la evidencia del acusado con los cuerpos de las prostitutas le dio una "imagen convincente de su culpabilidad". Las pruebas de ADN relacionan directamente al camionero con las víctimas. Es él, no hay dudas.