A cualquier chanta le gustaría ser oculista si cobra una Gabriela por consulta y atiende a más de 20 cegatinis al día. El "doctor" Mario Ahumada Acevedo (44) también la pensó, con la diferencia de que logró instalar una consulta, firmar convenios con empresas y hasta descontar por planilla los lentes. Por su codicia ciega, arriesga un canazo de hasta tres años.

OPTOMETRISTA

Ahumada llevaba haciendo la talla hacía tres años. En 2007 abrió la "Óptica Ahumada", ubicada en la calle José Francisco Vergara, Quilicura.

El experto en ojales se conseguía recetas de doctores cubanos y enviaba sus pedidos.

Para evitar que el peso de la conciencia le aplastara las córneas, dos veces a la semana viajaba a lugares apartados para ofrecerles gafas a sohuitas y teclos con la enfermedad del "topo".

Unas semanas atrás, la PDI de Rancagua lo calzó en uno de sus viajes altruistas. Fue formalizado e impedido de ingresar a Coinco, pero le quedaba la consulta en Chago.

Los detectives de la Bicrim de Renca lo pillaron mientras iba a cobrar sus recetas al centro. Fue formalizado por "ejercicio ilegal de la profesión" y "usurpación de nombre". Deberá firmar mensualmente.

Según el fiscal Luis Inostroza, habría más sucursales del falso doc.

Al salir de la audiencia, Ahumada se defendió al asegurar que estudió en el "Instituto Universitario de Optometría", de Venezuela, además de dar conferencias de prensa en varios países gracias a su experticia en "refracción".

"Sólo hacía lentes ópticos y daba diagnósticos. Lamentablemente no puedo ejercer en Chile, pero en otros países la carrera está facultada para hacerlo", aseguró.

"No he perjudicado a nadie. En esas localidades nunca va un oftalmólogo a atender a la gente. Sé que hago un buen trabajo. Incluso yo mismo me fabrico mis lentes y también se los hago a mi hijo", remachó.