"Te enamoraría, pero ando pendiente de hacer plata", escribió en su página de Facebook Valentina Salas Soto (21), la escort acusada de drogar a sus clientes para robarles y, más encima, enamorarlos.

La joven, apodada la "Femme Fatale", cobraba $100 mil por hora a quienes contrataban sus servicios, los que habría ofrecido desde aproximadamente los 15 años, de acuerdo a sus primeras publicaciones que son del 2011, consigna la investigación del OS-9 de Carabineros.

Valentina operaba con su madre, Pamela Soto (44), también escort, quien la habría incitado a ejercer el oficio.

"Los encuentros con los clientes se llevaban a cabo en un departamento de la calle Maruri, en Independencia, o a domicilio", señaló a La Cuarta la teniente de la Dirección de Investigación Criminal, Javiera García.

Después de que la joven se las arreglaba para adormecer a sus víctimas, llegaba la mamá a terminar con el "trabajito" y juntas "sustraían las especies de valor del sujeto de turno, principalmente, sus vehículos", detalló la teniente.

Agregó que después desaparecían del lugar y reducían el auto en el mercado informal, para lo cual contaban con la colaboración de un tercer integrante de la banda, Juan Quezada Sánchez. Con ese dinero, Valentina se dio la gran vida, se hizo de varios millones, compró joyas y paseó por lugares sofisticados en Santiago e incluso viajó a Europa con una de sus víctimas.

Además, durante la investigación, Carabineros estableció que una de sus excentricidades era subir fotos con armamento de última generación a su Facebook.

Enloqueció de amor

Las mujeres operaron sin dificultad durante mucho tiempo, porque las víctimas se resistían a denunciar, hasta que uno de ellos salió más perjudicado que el resto.

Se trata de un profesional de 33 años, quien se enamoró de Valentina y le ofreció el mundo. La llevó a un viaje de ensueño al Viejo Continente, que duró exactamente un mes, le compró ropa y joyas y le prometió sacarla de la vida que estaba llevando.

Pero al regreso se rompió el embrujo y la escort, como a otros, lo drogó y le robó el auto. "Al despertar se dio cuenta de lo que había sucedido e hizo la denuncia", señaló la policía.

El hombre aseguró estar enamorado de la joven y persiste en su interés de reformarla, pese a que ella ya no guarda apariencias y lo trata pésimo.

Formalizados

Los tres integrantes de esta banda fueron detenidos tras una intervención de los teléfonos de las mujeres y gracias a las fotos publicadas en Facebook, donde Valentina ostentaba armas y su lujosa vida.

Fueron formalizados por porte ilegal de armas de fuego, tráfico de estupefacientes y receptación de vehículos robados.

Las mujeres quedaron en prisión preventiva y Juan Quezada con arresto domiciliario nocturno.