Fiesta familiar acabó con padre e hijo muertos

Un dramático final tuvo una reunión familiar en Peñalolén. Juan Carlos Lizama (50) y su hijo de 24 años volvían a su hogar en compañía de tres amigos cuando el vehículo en que viajaban por calle Los Pehuenches volcó tras golpear un muro de contención y se estrelló en una casa.
En el lugar fallecieron instantáneamente padre e hijo. Rodrigo Fernández Pizarro (27), Luis Cisternas Aguilar (29) y el conductor del auto, Mauricio Salgado (31), resultaron heridos y están internados en los hospitales Salvador y Cordillera.
"Según nuestros primeros antecedentes el conductor se encontraría en estado de intemperancia alcohólica, mientras que una testigo indicó que el automóvil se desplazaba a una velocidad poco prudente", señaló el capitán Álvaro Herrera de la 43a comisaría de Carabineros.
Una vez más el exceso de velocidad y la presencia de alcohol serían las causas de un trágico accidente que dejó a una familia destruida.
"Estábamos en la celebración de un cumpleaños cuando ellos fueron a comprar, y al rato nos avisan que están muertos. Fue muy fuerte", señaló entre lágrimas Belén, hija y hermana de los fallecidos.
Juan Carlos Lizama Lizama se desempeñaba como guardia de seguridad, mientras que su hijo, del mismo nombre, trabajaba esporádicamente en un taller mecánico, aunque se encontraba sin pega.
Sus vecinos de la villa Río Claro los describieron como alegres y no dudaron en presentarse en el domicilio de las víctimas para acompañar a sus familiares.
"Es una pena todo esto. Eran buenas personas y ahora quedan las niñitas y la señora sola", relató uno de los vecinos.
Cerca de las 16 horas de ayer los cuerpos de Juan Carlos Lizama y su hijo fueron entregados por los funcionarios del Servicio Médico Legal para ser velados en casa de unos amigos.
Rodrigo Fernández Pizarro y Luis Cisternas Aguilar se recuperan satisfactoriamente en el hospital cordillera.
Mauricio Salgado, el conductor del vehículo, fue operado y ahora deberá enfrentar a la Justicia.
VEÍA TELE CUANDO SINTIÓ PENCAZO EN SU HOGAR
"Pese a todo yo estoy feliz, porque a nadie de mi familia le pasó nada", señaló Rodolfo Sáez (61), el dueño de la casa impactada por el vehículo.
Sáez se encontraba viendo televisión junto a su familia cuando sintieron el estruendo.
"Habíamos celebrado a mi señora en la noche y estábamos todos en el living cuando sentimos el pencazo. Yo creo que es un milagro que estén tres vivos, porque el golpe fue súper fuerte y el auto quedó pa' la historia", sentenció.
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