El sábado pasado Pancho Rives hizo noticia al fotografiar a 50 personas piluchas en Quilpué en protesta por el posible cambio del uso del suelo de un parque de 400 hectáreas.

La actividad le salió a todo cachete porque llamó la atención sobre la posibilidad de ver cubierto de cemento un importante pulmón verde de la región.

"Fue un largo día porque después de la sesión fui a editar las fotos para entregarle a los medios y de ahí seguí mis labores, tenía sesiones fotográficas y después me junté con unos amigos a conversar", recordó.

La conversa debe haber estado buena porque Pancho comenzó su camino de regreso a casa ubicada en el centro de la ciudad pasadas las tres de la madrugada.

Su triunfal jornada fue interrumpida por tres muchachos de entre 17 y 20 años, y una dama de la misma edad, que según el profesional, tenían apariencia de cuma.

Uno de los chiquillos se dirigió a Pancho. Le dijo: "Chiiia, ¿voh soy el hueón que le sacó la foto a los piluchos que vi en la tele, ah?".

El fotógrafo respondió afirmativamente e incluso se sintió honrado de que un ser humano tan marginal lo conociera. "Yo por un lado me sentí bacán de que unos cabros chicos estuvieran informados de lo que hicimos, pero después vinieron ofensas", explicó.

Otro le dijo: "Ahhh, entonces sácame una fotito acá poh, recul..." e hizo algo muy parecido a un Pato Yáñez.

Pancho intentó dejarlos atrás y lo siguieron un par de cuadras hasta que como unas hienas intentaron asaltarlo.

El fotógrafo iba con un bastón de fierro que había usado para subir al cerro donde tomó las imágenes, y lo usó para defenderse. "Igual les di duro a los hueones, agarré a uno y le di tres puñetazos de una", contó.

"Me defendí y agarré a bastonazos a los sociates. Uno me tiró al suelo, caí de cara y me rasmillé toda la hueá y desde ahí vi una baliza de los pacos. Ellos salieron arrancando y pesqué mi boina y me la puse y camine a mi casa, me lavé la cara que al otro días estaba para la cagá y mi bastón lleno de sangre", recordó.

- ¿Cómo quedaste?

- El domingo tenía la cara más hinchada que la cresta y lesiones en la rodilla. Me pegaron un combo en el pómulo, otro en la boca y un rasmillón. También tenía las manos hinchadas de tanto que les pegué.

A pesar de los fuertes golpes, para Pancho la batalla más difícil la seguirán dando piluchitos contra quienes quieren cambiar el uso del suelo del fundo El Carmen.