Entre picoteos, espolonazos, cacareos y aletazos, 17 personas fueron imputadas ayer en el 9° Juzgado de Garantía por los presuntos delitos de maltrato animal y apuestas ilegales.

El choclón fue capturado en una quinta de calle Ernesto Riquelme 476 de la comuna de La Cisterna, donde la Sociedad de Criadores de Gallos Finos Manuel Rodríguez, presidida por Israel Zorobabel Caro Ossa (68), realizó entre el 10 y el 12 de octubre el Campeonato Nacional, clandestino, de riñas de gallos, actividad prohibida en el país.

La residencia fue allanada por efectivos de OS-9 encabezados por la persecutora de la Fiscalía Sur, Ana Victoria Quintana.

CAUSEOS

Los polis ingresaron cuando allí funcionaba a todo hervor un casino donde se servía causeo, sánguches de potito y otras delicias gastronómicas, bien regado con gloriado aviar, tinto y pipeño.

La entrada tenía un costo de tres lucas. Las apuestas oscilaban entre las 10 y las 40 lucas.

Cerca de un centenar de sujetos disfrutaba del evento, en el que los animales, azuzados por sus dueños, intentaban destriparse con los espolones de acero que les amarran a las patas.

Durante el operativo se decomisó cerca de 8 palos desde la caja fuerte del club y el bolsillo de los apostadores. Sólo uno de los deportistas tenía 850 lucas en los calcetines.

PERDEDORES

El OS-9 descubrió 150 gallos vivos esperando turno para reñir, y los cadáveres de 21 perdedores. Según el Labocar, su causa de muerte fue luxación de las vértebras cervicales, cabeza y cuello, y múltiples heridas punzantes.

También se decomisaron trofeos, espolones, tubos de silicona, penicilina y morfina para curar o  inmunizar contra el dolor a las pobres aves. Todos los detenidos viven fuera de Santiago y sus profesiones dicen relación con la actividad agrícola.

Los imputados quedaron sometidos a firma semanal y arraigo nacional mientras dure el plazo de la investigación, fijado en 80 días.

ANIMALISTAS PICOTEARÁN A RESPONSABLES CON QUERELLA

La fiscal Ana Victoria Quintana Olguin explicó que el maltrato animal contempla penas de reclusión menor que oscilan entre los 61 días y los 3 años de presidio o multas de 2 a 30 UTM.

Y aunque los animalistas piensan que estas penas son correctas, igual presentarán una querella contra los responsables de maltratar a los pobres plumíferos.

"En el tribunal los imputados decían que esto de las peleas de gallo es una tradición, cuando realmente es una crueldad", dijo la guaripola de Pro Animal, Patricia Cocas

Manuel Vega O.