Crónica

Las ganas de vivir jamás se jubilan

Si los 30 son los nuevos 20 y los 40 los nuevos 30, ¿por qué no los 50 o más años no pueden marcar el arranque de una vida nueva? Así lo pensaron los cerebros de ServiSenior, agencia que se encarga de nutrir de tareas a personas de la tercera edad, que se resisten a quedarse sentados a mirar el reloj mientras aguardan el último llamado.

De hecho, la llamada que esperan a diario es la que les hacen desde la propia empresa, desde donde regularmente los están contactanto para que realicen diferentes labores, que les permitan dos cosas que son fundamentales: sentirse útiles y vivos, y generar recursos.

Es que para nadie es un misterio lo bajas que, en promedio, son las jubilaciones para quienes cumplen con sus años útiles, tampoco la inmensa pared que deben saltar los hombres y mujeres mayores para encontrar un nuevo empleo, porque la experiencia sólo es valorada hasta cierto límite de edad. Después es todo un tema...

La empresa que le dio un nuevo sentido al vivir de los adultos mayores

Tomando en cuenta estas variables, en ServiSenior descubrieron esta necesidad y se pusieron manos a la obra para devolver al mercado laboral -y a la vida- a un ejército de "abuelos vitamina", que hoy disfrutan de un segundo aire en lo laboral y de una suave brisa en su cotidianeidad.

Hacen de todo. En este grupo grande de grandes personas se encuentran personajes brillantes, que en sus épocas doradas se convirtieron en importantes en las áreas en las que se desempeñaron: hay profesionales destacados, también personas de esfuerzo y gran corazón, todos con un objetivo en común: ponerle otro color a una etapa que, vista desde afuera, tiene tonos grises.

Y aunque podrían seguir en lo alto en esas cosas a las que se dedicaron toda la vida, hoy asumen con alegría y humildad una serie de tareas que no llenan primeras planas ni menos bolsillos, pero que los mantienen activos de cuerpo y mente.

Algunos se montan en autos ajenos y cumplen con la latosa tarea de la revisión técnica. Otras, calibran y calientan la plancha para dejar como hojas de un libro recién impreso las arrugadas camisas y otras prendas de familias que desconocen. Historias hay por montón, y acá sólo tomaremos unos botones de muestra, que son ejemplo e inspiración para otros abuelos que no sepan qué hacer con esos tiempos libres.

Tareas hay muchas, pero lo que más hay en estos trabajadores de alta experiencia son ganas, ganas de producir, de sentirse vigentes, de no cruzarse de brazos. En resumen, ganas de vivir, de vivir bien.

David Allendes, fundador: "A la gente que trabaja con nosotros la capacitamos"

David Allendes (izquierda en la foto), junto a su amigo Ignacio Hinojosa, son los creadores de ServiSenior. "Cuando partimos, fue buscando un nicho, y nos encontramos con los adultos mayores, que era uno que no estaba para nada explotado", analiza el cerebro, que ya lleva 1 año y 8 meses en este barco.

- ¿Qué puestos ofrecía el mercado a los adultos mayores? Cosas como reponedores o pesar fruta, lo que los mantenía sentados o parados todo el día.

- ¿Cuál es la diferencia con lo que ustedes ofrecen? Nosotros ofrecemos oficios transaccionales, que son los de planchado o revisión técnica, y otros para los que están entre 50 y 65 años, para postular a incluso puestos formales.

- ¿Y cuántos seniors hay activos hasta ahora en su base de datos? Activos son aproximadamente 500, e inscritos cerca de 1.500, que están en proceso de subir los papeles solicitados.

- ¿Qué les piden para entrar y ser parte de ServiSenior? Es algo bien metodológico. Primero, hay que saber qué es lo que quieren hacer. Por ejemplo, si quieren conducir, se les pide la licencia, si quieren hacer clases, se les piden sus materias, y claro, también el papel de antecedentes.

- ¿Los apoyan de alguna forma para especializarse? Se creó un proyecto en Valparaíso en donde los acercamos mediante cursos a que utilizaran distintas tecnologías a las que no estaban acostumbrados. Por ejemplo, el mail o whatsapp, y ahora este 2018 se realizará lo mismo en Santiago.

Pilar Carmona, limpieza de casas: "Me encanta pasear, y con esto junto mi platita y viajo con mis amigas"

La limpieza de casa y la podología son cosas en las que Pilar Carmona (61) jamás ha dejado de hacer, y son las mismas que hoy le siguen reportando ingresos y mucha vitalidad.

- ¿Cómo es el trabajo que realiza, quiénes lo solicitan más? Esto es por horas, y por lo general es gente más que nada joven, que viven solos en sus departamentos de un ambiente. Con 2 horas me alcanza para dejar todo limpio.

- ¿Cuántas casas ordena al día? Depende. A veces hago dos al día, pero en otras ocasiones ninguna.

- ¿Usted vive sola? Yo enviudé, tengo tres hijos con sus vidas hechas. Esto me distrae un poco y me hace bien.

- ¿Qué opinan sus hijos? Creen que está bien, porque son lucas. Aparte que a mí me encanta pasear, y así junto mi platita y viajo con un grupo de amigas. Además, son sólo unas horas, y luego puedo hacer lo que quiera, es magnífico.

- ¿No se ha encontrado con algo peculiar en sus faenas? Por el momento, todo normal, por suerte... no me gustaría encontrarme con algo extraño, quizá.

- ¿Cómo la tratan los dueños de casa? Nada que decir, siempre han sido muy cordiales. Y es que les da confianza contratar a ServiSenior, porque no contratan a cualquier persona, hay todo un proceso de selección fuerte, y se entiende, porque vamos a casas de extraños.

Carmen Romeu, guía turística: "Estoy llena de energía y con ganas de experimentar cosas nuevas"

Carmen Romeu (58), de profesión traductora bilingüe, es una de las personas llenas de experiencia que no desean abandonar el mundo laboral. "Llegué investigando por internet, porque siempre ando buscando trabajo en todas las páginas web, y de repente me encontré con el ServiSenior y apliqué", narra su arribo al negocio, donde entrega su experiencia como guía de turismo en Viña.

- ¿Qué le pidieron? Me pidieron el papel de antecedentes, me hicieron entrevistas personales y grupales, y así empecé de a poquito.

- ¿Cuánto lleva? Empecé en enero, y de repente no me di ni cuenta y estaba inscrita en un millón de cursos para capacitarme. Ellos buscan todos los medios para capacitarnos en temas de computación, tecnología, de teléfonos inteligentes y fonoaudiología.

- ¿Fue por plata, o algún otro motivo? Soy una persona que tiene mucha energía, y me gusta experimentar cosas nuevas. En el fondo, esto se llama envejecimiento activo, yo siempre he trabajado, y llega el momento en que el nido queda vacío y una se mira contra las paredes.

- ¿Qué es lo mejor de estos trabajos, para usted? Que una se mantiene bien, porque sin trabajo se envejece el cuerpo y la mente, entonces una está con mejor carácter y disposición. Aparte que, como guía turística, comparto con gente joven.

- ¿Qué piensa su familia? Mis hijos se sienten orgullosos y me preguntan lo que voy a hacer, me aplauden y están felices. Ha sido una revolución y un muy buen ejemplo para ellos, porque cuando tengan mi edad se van a acordar que la mamá seguía trabajando. Hay que subirse al carro del siglo 21.

Cecilia Dreckman, planchadora: "Me sumé a ServiSenior para estar activa y también por la parte monetaria"

Cecilia Dreckman es una maestra a la hora de planchar, no le hace asco a nada, y a sus 62 años se siente genial con sus trabajos. "Yo llegué por algo que vi a la pasada y decidí inscribirme, ya llevo un año en esto", explica.

- ¿Se enroló para querer mantenerse en actividad? Por dos cosas: estar activa y por la parte monetaria.

- ¿Qué hacía antes? Trabajé en un banco como cajera, tuve un negocio de paquetería en Rosas como unos 10 años, luego estuve trabajando desde mi casa mediante ChileCompra como 12 años y ahora esto.

- Tranquila no se queda… Tranquila nunca, con decirte que trabajo hasta en Uber, todo lo que sea recaudar dinero, jajajá.

- ¿Y su familia, qué piensa? Saben que la mamá apechuga en todo, y saben que por dinero hago cualquier trabajo que sea digno, así que cuento con el apoyo de ellos.

- ¿Qué tal el trato de las personas con su trabajo? Es muy bueno, y ellos confían en las personas de Senior. En uno de los trabajos, incluso, la dueña de casa me dejó el ventanal abierto para que entrara, otra me pasó las llaves de su casa. Nada que decir.

- ¿Le ha tocado planchar algo que le ha dado cosa? Por suerte no, mis valores los tengo claros. Pero una vez me pidieron que fuera a planchar a una fábrica...

- ¡A una fábrica! ¿Querían que planchara la ropa industrial? Nooo. El cliente llevó toda su ropa y la de su familia, hasta la plancha y la tabla, lo que quería que le planchara todo en su propia oficina. Fue la primera vez que me pasó, jajajá.

- ¿Cuánto se demora en planchar? El servicio es de 2 a 4 horas, en ese tiempo hago todo lo que me alcance. Pero en 4 horas soy capaz de planchar la ropa de una familia completa, las camisas del padre, los pantalones de los niños, hasta las sábanas.

Carlos Bock, saca revisiones técnicas: "Antes que una propina, prefiero que escriban una buena reseña de mi trabajo"

Carlos Bock, con 72 años y una carrera como ingeniero civil, por estos días se dedica a hacer revisiones técnicas de carros ajenos. "Hay que decir que a veces una persona con experiencia, a esta edad, se transforma casi en un estorbo para la sociedad", se sincera.

- ¿Su motivación fue netamente laboral? La enfermedad que se llevó a mi mujer, también nos dejó con una deuda más o menos importante. Igual está la parte en que uno quiere sentirse activo, y la verdad que estoy bastante conforme.

- ¿Cuánto trabaja al día? Generalmente es una al día, pero hay fechas en que pueden ser hasta dos. Es un clásico que algunos dejan el trámite para el final, típico chileno...

- ¿Ha tenido alguna clase de problemas? No muchos, pero por ejemplo una vez me quedé en panne al llevar un auto que había estado parado hace un año, y no me avisaron.

- ¿Y no le han reclamado cuando le rechazan los autos? Jajajá, eso sí que me ha pasado, pero qué culpa tiene uno que le rechacen el auto. Eso es responsabilidad del dueño.

- ¿Qué le ha tocado manejar? De todo, desde BMW y Mercedes Benz hasta camionetas. Hay que decir que esto también se basa en la confianza que depositan en uno, porque a veces pienso que no sé si yo le entregaría a una persona mi auto de esa forma.

- ¿Siente que lo que le pagan está bien? Lo que pagan es suficiente, podría ser más, pero encuentro que está en su justa medida. Incluso por la formación que tengo no acepto propinas, prefiero que escriban una buena reseña del trabajo que realicé.

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