Gane hasta canas verdes como chofer de Transantiago

Durante dos meses los aspirantes a choferes del Transantiago soportan la lluvia, la nieve y peludos circuitos de manejo. ¿Su recompensa? Salir más caperuzos que un automovilista de Fórmula Uno.
Las cuáticas maniobras son realizadas en el simulador de conducción del Instituto de Gestión del Transporte (IGT), que fue creado por algunos empresarios que tienen sus flotas en el Transchubi.
El brillo es que los conductores salen como verdaderos rambos del volante luego de pasar 200 horas, entre el curso práctico y el teórico, para cachar incluso cómo actuar en distintos tipos de accidentes.
“Los preparamos para responder para imprevistos, como por ejemplo si se cruzara un peatón. Además, enfrentan problemas mecánicos, como inconvenientes de freno y los exponemos a manejar con lluvia o con malas condiciones climáticas”, afirmó Marcela Barraza, directora académica de la IGT.
Lo más pulento es que la oferta laboral para quienes les entró el bichito por manejar estas máquinas es amplio.
Actualmente 15.000 choferes deberían ser reemplazados, ya que muchos se van a retiro, y hay un lote de cupos por llenar.
Gracias a la nueva ley de formación de choferes se puede aspirar a un sueldo que puede llegar hasta a un millón de pesos.
“Una persona en promedio puede, saliendo de este curso, ganar en promedio alrededor entre 600 o 650 mil líquidos”, agregó.
La directora no le pone freno a ninguna persona y soltó que cualquiera que tenga “dos años de antigüedad con su licencia B y tenga enseñanza básica hasta octavo puede acercarse a las empresas a cargo del Transantiago o directamente con nosotros”.
Hasta la fecha, la empresa tiene 250 alumnos que ya están convertidos en verdaderos ases del volante.
“Tenemos cinco cursos en enero, de 25 personas y se están llenando rápido”, contó.
La empresa soltó que quienes quieran manejar por las calles capitalinas tendrán que estar más horas en el sillín de aprendizaje.
“Vamos a incorporar más horas de conducción en la práctica en buses. Va a conducir un bus por al menos doce horas y no un par de horitas como se hacía antes”, concluyó Barraza.
Para postular a este curso tiene que ir a la misma IGT o entrar a una de las empresas operadoras del Transchubi, que muchas veces paga de su bolsillo el millón que sale hacer este curso.
Marcela reconoció que sale salado aprender, pero que, a larga, son puros beneficios.
“Tenemos sistemas de financiamiento que conversamos con los alumnos. Pero acá lo más imporante es que hay tanta demanda laboral que al salir es fácil encontrar trabajo”, remachó.
LOREE LOS BENEFICIOS DE LA NUEVA LEY
Según el Ministerio de Transportes, se necesitan cerca de 1.500 nuevos conductores al año. Debido a ese tremenda escasez, enviaron al Congreso la Ley de Formación de Conductores Profesionales que establece la obligatoriedad para quienes opten a licencia profesional A3 y A5 por primera vez, de aprobar un curso teórico y práctico especial, usando simuladores de inmersión total.
La gracia es que con esta medida, se demorarán solo dos años (antes eran cuatro) para la entrega de licencia que le permita llevar pasajeros por las calles de Santiago.
“Con esta nueva ley se abren oportunidades de trabajo para todos quienes deseen profesionalizarse como conductores de transporte público y de camiones”, afirmó el capo de Transportes, Pedro “Chuck Norris” Errázuriz.
Agregó que podrán “optar a buenos sueldos y estabilidad laboral. Por eso, hago un llamado a todos quienes quieran ingresar a esta industria”.
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