Eduard Schmittner Alarcón es tan rudo que cuando nació se cortó solito el cordón umbilical y él mismo se sacaba los chanchitos. El guerrero de un año y medio es un macho de verdad.

Desde que llegó de la maternidad, la guagua rancagüina acompaña a su mamá y a su tata en la academia Taekyon Kwan, donde ambos son instructores de Taekwondo.

Nicole (18) contó que cuando su hijo (de azul) cumplió un año "quería entrenar, meterse a las clases y yo lo dejé. Adquirió disciplina, hace todos los ejercicios, no se dedica a jugar y cuando se aburre, se sale porque no queremos presionarlo".

Eduard antes de ser concebido habría apartado a los demás espermatozoides a patadas y, según su mamá, después en el útero le dio duro ya que a veces ella apenas podía respirar de tanto que aporreó sus pulmones con mahuachis.

Alexander Maldonado Carrasco nació tres meses antes que Eduard, va al jardín Carrusel y llegó al sub-mundo del Taekwondo porque su hermano mayor, de ocho años, lo practica hace cuatro.

María Paz (28) contó que su bebé, al igual que su coleguita de artes marciales, usa pañales, sobre todo de noche. Agregó que a veces cuando se dan duro "él llora, pero se para y sigue compitiendo porque para mi hijo es un juego".

La mami de Alexander recordó que la primera vez que lo vio combatir "fue duro porque pensaba que se iba a lastimar", pero cachó que las protecciones talla 1 impedían que se hicieran daño y que los golpes no pasan de ser marcas en el pechito y en el casco que puntúan el combate.

Nicole agregó que su Eduard "no llora por nada, es aguerrido, es un rudo", pero que se sabe comportar. "Es súper tranquilito cuando juega con otros niños y en vez de andar pegándoles, los defiende".

- ¿Le parece bien que combatan tan chiquititos?

- Esto es disciplina, va en uno que les enseñe bien lo que se debe hacer, es un deporte. Yo partí a los dos años y mientras más joven es mejor porque adquieren una mejor elongación y mejor proyección.

El próximo fin de semana la pareja más intimidante de la región de O'Higgins comenzará su carrera internacional. Eduard y Alexander forman parte de la delegación que participará del OPEN de Buenos Aires que da pasajes para el Sudamericano de la especialidad.

Las súper guaguas chilenas fueron matriculadas para ofrecer una exhibición entre ellas, porque en el resto de la región no hay luchadores tan minúsculos.

En dos rounds de un minuto se enfrentarán de nuevo los pitufitos en busca de la victoria, pero sobre todo de la mamadera que les dan sus mamis después de mudarlos.