"Hasta el día de hoy tengo temor, no vivo tranquila"

Hay un viejo dicho que dice que para una madre no hay hijo malo. Tal afirmación se hizo añicos en el juicio contra María del Pilar Pérez, "La Quintrala", quien fue autorizada a abandonar la sala al no aguantar escuchar la declaración de su progenitora María Aurelia López Castaño.

Detrás de un biombo, ya que como ella misma afirmó "no quería verla, por haber pensado que pagó para matarme", la anciana de 80 años recordó diversos pasajes de la vida de María del Pilar.

María Aurelia, a quien le dicen "Nena" y que estuvo acompañada en el tribunal por Agustín Molina, esposo de su hija Gloria, y una nieta, relató la "ambición desmedida" de la acusada y el miedo que siente de su primogénita.

A cada frase de López los ojos de los asistentes al juicio se abrían más ante las fuertes afirmaciones de la testigo en contra de su hija.

"Era capaz de todo, pasa sobre cadáveres, a ella no la detiene nadie, es de una mentalidad muy fría. La mentalidad fría unida a la ambición es tremenda, habiéndolo tenido todo, no le faltaba nada", expresó.

María Aurelia señaló que desde pequeña su hija demostró tener un carácter dominante.

Contó que cuando "La Quintrala" tenía 5 ó 6 años, agarró a patadas a las empleadas de la panadería familiar y otra vez abofeteó a un dependiente de confianza, delante de mesoneras y público, sólo porque no hizo algo que Pérez le pidió.

La madre de la acusada como autora intelectual de tres asesinatos, agregó que su hija pasaba por la caja de la panadería sus cuentas como luz, gas, fono y bencina.

En otra ocasión le sacó plata, y María del Pilar le dijo que era para comprarle un regalo de cumpleaños a su fallecido esposo Francisco Zamorano.

Durante la declaración María del Pilar se sintió mal y dejó la sala, por lo que quitaron el biombo que impedía que ambas se vieran. Volvió cuando ya había finalizado el testimonio.

La testigo trajo a la memoria que un día llamó a su hija y ésta le contestó que le devolvería el telefonazo. "Estoy esperando la llamada, no me llamó nunca".

También indicó que Pérez agrandó su patrimonio en desmedro de ella y armó ene atados por la herencia.

"Quería prácticamente sacarme todo, quería que yo no tuviera nada, todo le parecía poco, por eso que era de una ambición desmedida", afirmó.

En su testimonio comentó que tras un viaje a Estados Unidos de su hija y Pancho, la primera le comentó que "quién viviera en Nueva York porque allá tú pagas a un tipo y te mata al que quieres, para así yo poder matar a este huevón".

María Aurelia dijo además que no salía a la calle para no encontrarse con su retoña, "porque como era violenta yo le tenía miedo, miedo por el carácter, porque como había sido siempre y hasta el día de hoy tengo temor, no vivo tranquila".

Si tenía que salir "como una fugitiva me metía al auto para ir al médico, por ejemplo, de lo contrario no salía. Había gente que creía que estaba postrada en cama porque no me veían nunca".

Si tiene sentimientos a su hija, refirió que "nada, porque si sintiera odio sería sentir algo y no quiero sentir nada, nada".

Respecto al asesinato de Francisco y su pareja Héctor Arévalo, sostuvo que "en el barrio las mismas vecinas dijeron 'fue la bruja' (María del Pilar), le decían la bruja también".

Sobre Diego expresó que "nos libró de la muerte, dio su vida por nosotros (...) Enseguida pensamos de dónde venía, era la enemiga que teníamos, no había otra", remarcó.

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