Simpático, gente a morir, siempre con una sonrisa en los labios, amable con todo el mundo (no como otros), el astro franchute Thierry Henry visitó hoy la comuna pop de Buin, donde visitó a los niños pobres del Hogar Juan XXIII.

El astro de la selección francesa y actual jugador del Barcelona pepe, se mandó una clínica de fútbol de lujo en el Gimnasio Municipal, donde además un grupo folclórico le brindó un cototo pie de cueca.

Luego de eso, se puso a pelotear con 12 mini peloteros del hogar Juan XXIII, donde de muy buen grado compartió con los cabros chicos, que no la podían creer que estuvieran en la misma cancha que uno de los máximos astros del fútbol mundial, campeón del mundo 1998.

Pero fueron dos pitufos los que recordarán con especial razón al francés, luego que a uno de ellos le hiciera "marca personal" en la cancha -lo agarró de la camiseta para que no avanzara-, mientras que a otro casi le vuela la comecheuque cuando sacó el balón desde el arco, dándole de lleno al peque.

De una, Henry se le acercó y lo levantó en vilo, disculpándose con la infortunada víctima del pelotazo. Y para que quedara más tranquilo aún, el crack se sacó de una el polerón que vestía y se lo regaló al pitufo, que se lo puso de inmediato, aunque no sin alegar que le había dolido el guaracazo.

Después de la clínica, el delantero, no sin antes chacharear“que estaba muy contento de estar en Buin”, en un perfecto español, le regaló una réplica de la polera que usa en el "Barca", enmarcada autografiada con su nombre y número (14), al alcalde de Buin, Ángel Bozán, quien lo retribuyó con una manta y sombrero de huaso, prendas que de inmediato se probó el astro.

El edil de Buin, a su vez, felizcote dijo que “la visita de Henry le hace bien a la comuna, ya que se presenta un jugador de peso internacional,pero lo más importante de esto, es que el jugador es un ejemplo a nivel mundial para la juventud”.

Tití Henry se retiró del recinto ovacionado por unas 500 personas presente en el lugar, en su mayoría estudiantes de las escuelas municipales, que se ganaron el derecho a asistir a la clínica de fútbol, porque tenían un 100% de asistencia en el presente año.

Claro que afuera el revuelo no era menor, y hasta debió intervenir Carabineros para resguardar la integridad del pelotero, cuando una masa se le abalanzó para saludarlo y demostrarle su afecto.

Tanto fue el fervor, que muchos escolares hasta hicieron la cimarra para ver de cerca a uno de los mejores jugadores del planeta, y que hoy no tuvo empacho para vestir de chupalla y chamanto.