Hoy dijimos adiós al fundador del Diario Pop

Y se fue. Partió un grande de las comunicaciones de nuestro país.
Diozel Pérez Vergara murió el pasado domingo, sólo tres años después de haber dejado el oficio que lo hizo vibrar toda su vida, el Periodismo.
A pesar de que no estudió en una universidad, marcó pauta e hizo escuela en esto que él consideraba un arte.
Fundó La Cuarta y fue su capitán durante 24 años. Hoy su viaje terminó y al mediodía llegó a su última morada, en el cementerio El Prado en avenida Camilo Henríquez 4673.
Lo fue a despedir su familia, amigos y muchos que agradecen haberlo conocido, entre ellos el actual director del Diario Pop, Sergio Marabolí Triviño, quien tuvo la gracia de trabajar sólo seis horas antes de ser despedido por el mismo Diozel.
Por cosas del destino aquel joven a quien el "Dire" echó por chascón, fue el encargado de despedirlo para siempre:
(Transcribimos para ustedes el discurso del director de su Diario Regalón)
"La cosa es simple. Se despidió sin avisar. Algo típico de Diozel Pérez Vergara, quien fue el primer director y fundador del Diario La Cuarta.
El cargo le caía como anillo al dedo. Le gustaba la noche, era una galán y muy chistoso.
Con estos antecedentes terminó de trabajar como jefe de Crónica en La Tercera para instalarse en La Cuarta, en donde en 1984 se convirtió en un patriarca.
El curriculum de este hombre es casi para no creerlo. Reportero de oficio, de sangre, de calle.
Uno de los mejores "tituleros" del periodismo popular, amante de los perros, de muchos conocidos y pocos amigos.
Tuve la oportunidad de conocerlo en una experiencia casi traumática. Pero, se transformó con los años en una imborrable anécdota.
A través de un amigo de mi padre, tuve la oportunidad de trabajar en La Cuarta el 25 de diciembre de 1993. Estaba en primer año de universidad, andaba en moto y usaba el pelo largo.
Me instalé en la mañana en la sala de redacción de Diagonal Santa Elena. Me puse a reportear y cuando comenzaba a escribir sentí un grito que me dejó tiritando y dándome diente con diente: "Que se vaya el chascón, el cola de caballo".
Tomé mi casco, mi moto y me fui. Duré sólo seis horas. Debut y despedida por pelucón.
Eso se explica por que Diozel era muy preocupado de su aspecto personal. Trajes con pañuelo en el bolsillo y corbatas de colores fuertes. Siempre elegante.
Ahí lo conocí, físicamente, porque ¿quién no había escuchado hablar de Diozel?
Todos sabían lo que era. Le cambio el rostro al periodismo chileno. La Cuarta se convirtió en una forma de vida con la misión de entretener dignificando a las personas".
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