"Que veinte años no son nada", versa uno de los tangos más famosos de Gardel - ese que todos esperábamos pa'l aguinaldo dieciochero - y hoy con una copa más a su haber, Cristián Álvarez empieza a sacar pecho con que la canción le cae como anillo al dedo.
Y es que el pasado 14 de septiembre y a horas de la disputa de la Supercopa, la UC desempolvó el recuerdo de que hacían ya 19 años unos espinilludos Cristián Álvarez y Milovan Mirosevic debutaban en la franja.
Casi dos décadas más tarde y con más canas y arrugas de por medio, el par de ídolos volvía a festejar levantando una Copa y, tras la mocha, se sinceraron sobre lo que se les viene cuando les tiramos el carnet en la cara.
"Lo primro que pienso es que pucha que estoy viejo, jajajá. La veradad es que cuando empecé en esto quería jugar veinte. Hoy falta poco para eso y quizás me alcance para un poco más", anunció el Huaso, que ni piensa en soltar la jineta pese a que varios pidieron el "jubilazo", luego de un par de condoros.
"Muchos me querían retirar y estoy levantando otra copa. Lo único que sé es que año a año me voy poniendo más profesional, porque hoy me toca competir con chicos de 19 ó 20 años y eso hace aumentar la exigencia", soltó el curicano, quien fue recibido en Santiago con el tierno "enchulamiento" de su auto en la llegada a San Carlos (ver foto) y horas antes recibió la pérgola completa de parte de su compipa Milo.
"Esto es espectacular. Un premio para él y para todo este grupo, que viene trabajando duro y superó muchas cosas", soltó el volante, quien con una pierna inmovilizada y todo, se dio el lujo de levantar el copón junto a Álvarez.
"Uno ve el paso de los años y se siente feliz por lo logrado. ¿Si me dan ganas de jugar luego? Ufff, ni se imaginan. Espero estar pronto a disposición y volver a las canchas", cerró el otro "lolito" de la UC.