Medidas de control y seguridad bien como la mona quedaron al descubierto luego del violento ataque a balazos del empresario inmobiliario Gonzalo Agustín Ramos Mejía (34) contra su hermana actriz, Javiera (40), en su departamento de Las Condes.

Según fuentes policiales, el agresor recién en 2011 inscribió el rifle Sig Sauer calibre 22, con el que en la tarde del lunes hirió al rostro de teleseries en la pierna izquierda, para luego azotarla contra la muralla, darle un machetazo en la cara e intentar asfixiarla sobre la cama.

El problema es que ya en 2007, según argumentó su defensa en la audiencia de formalización contra Ramos, el empresario fue internado en la Clínica San Carlos de Apoquindo porque se le arrancaban las cabras pa’l cerro.

Luego, relató el abogado defensor, Ramos fue nuevamente hospitalizado en 2010 en la Clínica Santa Sofía, porque las alucinaciones y los delirios  lo tenían loco.

Además del rifle inscrito el año pasado, luego de dos internaciones en centros de salud mental, Ramos en su departamento tenía una carabina y dos pistolas 9 milímetros, todas armas registradas como “deportivas”.

El empresario era un experto tirador que incluso en diciembre pasado tuvo una destacada participación en un torneo sudamericano de la especialidad.

Si bien en la Ley de Control de Armas se exigen “antecedentes idóneos” para poder inscribir un fierro, el hombre que creía que su pareja “era un vampiro” y alegaba “que lo perseguían los demonios” antes de su ataque del lunes, no tuvo ningún problema para hacer el trámite.

“Nosotros entregamos un formulario para que esta persona lo lleve hasta donde un psiquiatra y pueda verificar si esa persona es idónea o no para poder portar armas de fuego”, explicó el mayor Daniel Martínez, de la Autoridad Fiscalizadora de Carabineros de Santiago.

“El facultativo es el que tiene que realizar las preguntas de rigor que están indicadas en ese formulario y él analiza a cada persona, a cada paciente, y entrega finalmente esta autorización”, detalló el uniformado.

“La institución está trabajando en su Reglamento Complementario, en la modificación próxima a la Ley de Control de Armas, respecto a que facultativos de la institución puedan entregar este tipo de documentos, y puedan ser profesionales propios quienes entreguen esa autorización”, recalcó el mayor Martínez.

En medio de las dudas de cómo alguien como Ramos podía tener hasta 8 tunas por su calidad de deportista, la víctima y hermana del empresario escribió en su cuenta de Twitter que “El buscado por la ley debería ser el siquiatra de la armería “El Pozo” quien da a todo el mundo permiso para tenencia y transporte de armas”.

“Mi hermano está enfermo, no sabía que era yo cuando me atacó, yo estoy bien y en las noticias mienten”, indicó Javiera en la red social.