Inspector Vallejos: "Durante un año me bañaba cada quince días"

La pregunta no es cómo un detective se convirtió en el showman que a los 61 años sube la sintonía del matinal de Chilevisión; la interrogante es cómo un hippie que se bañaba cada quince días se convirtió en jefe de la Brigada Metropolitana de Antinarcóticos de la PDI.
Al salir del colegio, José Miguel Vallejos entró a estudiar pedagogía en música en la U. de Chile. “Tocaba el piano, la guitarra, cantaba y componía, pero lo dejé todo y me fui a recorrer América Latina a lo pobre, a dedo. Fue una buena experiencia, compartí con prostitutas y delincuentes, creo que lo conocí todo, incluso me llevaron detenido los policías de Bogotá por dormir en la calle”.
“Vendía artesanía, yo la hacía, lo aprendí de una brasileña con la que estuve viajando y gracias a eso pude subsistir; hacía aros, anillos y todas esas experiencias las agradezco porque me permitieron ver el continente de otra manera”, agregó.
“Yo era hippie sin drogas porque nunca me gustaron. Cuando regresé a casa andaba tan chascón y barbón que mi padre al abrir la puerta no me reconoció, le costo un par de minutos hacerlo”, recordó.
Tan comprometido estaba con la vida libre, que “pasaban 15 días y no me bañaba, todo eso hay que vivirlo para darse cuenta de lo que es. Fue casi un año. A la vuelta del viaje me decidí por ingresar a la policía porque la conocía desde tribunales en donde trabajaba mi madre que era jueza del crimen, y no me equivoque, fue la decisión de mi vida”.
“En la policía tenía fama de mal tirador, participé de tres o cuatro tiroteos y siempre disparé al aire porque no era necesario hacerlo de otra forma y no me gusta la idea de matar a alguien”, confesó.
El papá de José Miguel fue militar, escritor e historiador, y le heredó el gusto por las letras, tanto así que el inspector ha terminado 20 libros de los cuales ha publicado ocho, y con éxito, según nos contó: “ Cuatro han sido best sellers dentro de América Latina, con Conspiración Blanca en papel aquí vendí nueve mil libros. Tengo uno que salió hace un par de meses que trata de la vida después de la muerte (Otro Universo) y ha sido best sellers en Amazon”.
Sus ganas de escribir lo llevaron a tener una columna dominical en un diario llamada “Bitácora Policial”, y en 1984 lo invitaron por primera vez a la tele a Sábados Gigantes para que contara historias que eran recreadas por actores. Desde entonces no ha dejado la tele.
Su figuración a principios de los 90’ y las acusaciones que lanzó contra personas importantes, sin individualizar publicamente, le generaron problemas con las autoridades de la PDI que lo llevaron a irse.
“Al final renuncié, pero se me había ido encima todo el mundo; políticos que aparecían muchas en mis denuncias, era una pudrición completa. Había más o menos un 80% de corrupción dentro de la PDI en esos años”, acusó.
RELLENITAS
Hace dos años el inspector dejó el matinal de Canal 13 y cambió Santiago por Valpo con la intención de comenzar su retiro junto a su señora, cerca de sus dos hijas y Dominguito, su nieto regalón de 2 años.
“Me había retirado del Bienvenidos y me sorprendió que me quisieran en Chilevisión, primero tres días y luego toda la semana”, dijo.
En el matinal con el tiempo adquirió un protagonismo que según la editora, Tania Aguilar, es respaldado por la sintonía porque aumenta cuando sale, y ha llevado al programa al segundo lugar en el horario después de MEGA.
“Tengo el despertador a las cuatro de la madrugada, a las cinco ya estoy partiendo a Santiago en mi autito y regreso a la brevedad. En la noche me acuesto tempranito, a las diez ya estoy durmiendo”, contó.
De los animadores del espacio tiene la mejor impresión. “Rafael Araneda nos dio alegría, creo que pasa la pelota muy rápido, no es egocéntrico, permite que todos se luzcan, y Carolina es una mujer excepcionalmente inteligente, no es belleza física solamente. Además me gusta lo que no se sabe: ¡Es muy generosa!”, explicó.
De Nacho Gutiérrez dijo que “en lo personal se portó muy bien conmigo, no tengo nada que decir de él, jamás sospeché que estaba dentro del mundo de la diversidad, y si es así, lo respeto plenamente”.
El público del inspector son las dueñas de casa y a ellas se dirige. “Creo que van de los 40 años hacia arriba, y mayoritariamente cercanas a mi edad: 50, 60, 70 años”.
- ¿Cómo le gustan las damas?
- Muy delgadas, no; más bien rellenitas, como es la chilena, abundante.
- ¿Usted se cuida?
- Soy de gimnasia diaria, trato de hacer 45 minutos al día para la salud.
- ¿Se echa crema para las arrugas?
- No, eso no, yo soy el único hombre de la televisión que no se maquilla, no me gusta, soy a la antigua, brillo harto y me veo viejo. El día cuando a la gente le preocupe más como me veo que lo que dijo, ahí me tengo que ir para la casa.
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