Acostumbrada a defender a los que muchos definirían como los "malos de la película", la abogada Jacqueline Stubing Cerda (44) no se hace problema al estar de este lado de la vereda en los juicios. Porque, además de ser un derecho, todos son inocentes hasta que se demuestre lo contrario...

Tras egresar de abogada de la Universidad Bolivariana, se especializó en esta área cuando trabajó durante 7 años en la desaparecida Defensa Jurídico Penal (DJP), y ahora es la  abogada de Felipe Rojas Lobos, el hasta ahora único detenido por la muerte de Fernanda Maciel, en Conchalí.

Y ayer Stubing marcó la pauta noticiosa: pidió una hora en el Segundo Juzgado de Garantía de Santiago, donde se llevó a cabo la audiencia de cautela de garantías, debido a la presunta vulneración de derechos de Rojas.

Sin embargo, a la profesional  nacida en la comuna de  Independencia no le pareció que estuviera la prensa, por lo que solicitó que todo fuera reservado, cosa que el juez le negó. Esto le molestó de sobremanera, por lo que decidió dejar todo el trámite hasta ahí nomás y se retiró sin hacer declaraciones.

"Se rechaza por los principios que inspiran la reforma procesal penal: el de objetividad, de transparencia y de publicidad, son los que priman y, en consecuencia, en circunstancias calificadas, se podría decretar la reserva de una audiencia", dijo Roberto Alarcón, vocero de la Fiscalía Centro-Norte.

Casos

Esta no es la primera vez que Stubing toma la defensa en casos mediáticos, ya que su nombre comenzó a figurar por primera vez tras defender a las cuidadoras de Lissette Villa, la menor que murió tras ser reducida en el Cread Galvarino dependiente del Sename.   En defensa de las imputadas, argumentó que no tenían las herramientas para llevar a cabo sus labores.

El 2017 puso su talento para defender al teniente coronel de Carabineros Nelson Valenzuela, quien es apuntado por el Ministerio Público como la mente maestra del denominado PacoGate, fraude que asciende a más de 28 mil millones de pesos.

Ese mismo año, en diciembre, tomó la representación de Víctor Fuentes,  quien en un fatal descuido olvidó a su pequeño hijo de 2 años al interior de su  vehículo, cuando llegó a su trabajo en el colegio San Agustín en Ñuñoa.

El menor debió soportar altas temperaturas y una deshidratación que le costó la vida.  En este caso consiguió una firma quincenal, sentencia mucho más baja que la pena que habría recibido si lo hubieran condenado.