Crónica

Jinete Peregrino llegó cabalgando al Vaticano

En diciembre de 1997, Samuel Candia (61) dejó todo tirado y se mandó a cambiar. Le dijeron que estaba loquito, pero él no pescó. Quería recorrer el mundo montado a caballo y todos los caminos lo llevaron a Roma. Al ladito del mismo Papa Benedicto XVI.

"Cuando vio al caballo me preguntó cómo lo hice para entrar al Vaticano". Así recuerda el hombrón los nueve minutos que estuvo con Benedicto XVI en septiembre pasado. "Le dije a los guardias que era inválido. La idea era que 'Vencedor' (su caballo) también recibiera su bendición", le chamulló el chileno al Papita.

El viaje del "Jinete Peregrino" se inició en la ciudad de Los Ángeles, en 1997. Pese a no contar con el apoyo familiar (ex señora y cuatro hijos), "decían que estaba loco", se montó y al trote se lanzó a la vida.

"La idea era recorrer toda Sudamérica a caballo, recolectando banderas de distintos países y al final llevárselas al Papa", contó el hombre que en los últimos años se hizo inseparable de su caballo y del plumón para redibujarse cierta raya borrada con el tiempo.

Candia cuenta que en los años que duró el viaje vivió puro pegando en la pera. "Partí sin plata, viví de la caridad de la gente que conocí en el camino", versea el titán, que, al juzgar por la panza que luce, no pasó mucha hambre.

Después de trece años de ir y venir, por pampa, desierto y selva, ya tenía todas las banderas reunidas, sólo faltaba pegarse el saltito a Roma. Debía buscar aupiciadores que apoyaran la travesía y los pilló en Uruguay.

"Un grupo de criadores de caballos me regaló el pasaje a Italia y mandaron en un barco a 'Vencedor' ", cuenta el jinete, y agrega que la Iglesia Católica charrúa le hizo la paleteada de presentarlo con el Papa y la asociación de criadores de Italia muleó en el aeropuerto para que el corsel llegara a lo rey a Roma.

"Al final, el Papa me bendijo las banderas y me felicitó por mi travesía", precisó con el pecho más inflado que empanada de queso.

El único pesar en la travesia de Samuel Candia es haberse separado de su noble corcel, ya que ni Don Corleone lo puede hacer salir de Italia.

"Necesito 12 mil dólares para repatriar a mi compañero. Se quedó preso, por un crimen que no cometió en un criadero de allá", se lamenta el Jinete.

"Quiero que mi caballo vuelva a su país para seguir con la travesía, espero que sea pronto", se lamenta el titán del galope chilensis.

AHORA QUIERE JUNTARSE CON EL PRESI PIÑERA 

De vuelta en Chilito, el "Jinete Peregrino" se propuso entregar a cada presidente de Sudamérica la bandera de su país bendecida por el Papa.

"Estas banderas son una bendición para toda América", verseó.

Para comenzar el recorrido, mandó una carta al Presidente Sebastián Piñera para que lo recibiera como crack en La Moneda.

"Lo que hicimos es algo meritorio. Sólo quiero entregarle a la primera autoridad del país la bendición de Benedicto XVI. Ojalá me reciba algún día", comentó el compadre, que ya cranea cómo ingresar montado a caballo hasta el Patio de los Naranjos.

"Eso sí, antes de ir a La Moneda tiene que regresar Vencedor de Italia", remachó.

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