La austeridad con que el Papa recibirá a víctimas de Karadima en su casa

El Vaticano confirmó ayer que el Papa Francisco pedirá perdón este fin de semana a las tres víctimas chilenas abusadas por el cura Fernando Karadima, quienes, en una decisión inédita, se encuentra hospedando en la misma residencia papal de Santa Marta.

Se trata de Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, quienes conversarán de manera individual con el Santo Padre, "por el tiempo que sea necesario", para escuchar sus sugerencias que eviten la repetición de estos casos, señaló el director de comunicaciones del Vaticano, Greg Burke.

"El Papa quiere pedirles perdón, compartir su dolor (...) esperando que estos encuentros puedan desarrollarse en un clima de serena confianza y sean un paso crucial para remediar y evitar para siempre los abusos de conciencia, de poder y, particularmente, sexuales en el seno de la Iglesia", explicó.

El encuentro de las víctimas con el Papa ocurre luego de darse a conocer una carta extraordinaria, el 11 de abril, en la que Francisco reconoció haber cometido "graves errores" en el manejo de la crisis de abuso sexual en Chile.

En la misiva, Francisco dijo que hubo "falta de información veraz y equilibrada" sobre la situación en el país, por lo que invitó a las víctimas al Vaticano -cuyas palabras una vez desestimó- y convocó a todos los obispos de Chile a una cumbre durante mayo.

En un reciente cónclave de la Iglesia Católica en Chile se acordó proponer al Sumo Pontífice un inevitable "plan de renovación", que podría incluir la salida de algunos obispos y otros miembros del clero, como el cuestionado obispo de Osorno, Juan Barros, quien es acusado de encubrir los abusos de Karadima.

Hotel sin lujos

El gesto del Papa de recibir a sus invitados en la residencia papal fue destacado por medios internacionales como una muestra de humildad y de cercanía con las víctimas.

Cruz, Hamilton y Murillo serán recibidos en una de las 120 habitaciones con las que cuenta la residencia papal de Santa Marta ubicada a un costado de la Santa Sede y que fue construida en la década de los noventa por el Papa Juan Pablo II.

El recinto es un hotel interno del Vaticano utilizado por altas autoridades de la Iglesia Católica que se encuentren de paso por Roma, y alberga de forma permanente a unas 30 personas, en su mayoría religiosos que se desempeñan en la Secretaría de Estado del Vaticano y también a algunos funcionarios laicos.

Sin grandes lujos, está provista de una capilla modernista, y durante los dos últimos cónclaves fue utilizado como el albergue de los cardenales electores.

Posee una cocina que es calificada por el mismo Papa como "sencilla", tal como le gusta a él, por lo que difícilmente es posible disfrutar de grandes banquetes. Y actualmente es administrada por la congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul.

Consejo de cardenales

El tema de los abusos sexuales fue tratado también en la sesión del C9 -el consejo de cardenales que trabaja con el Papa en la reforma de la Curia- que finalizó ayer.

El cardenal de Boston, Sean O'Malley, presidente de la Pontificia Comisión para la Tutela de los Menores, informó a los cardenales consejeros -entre ellos el arzobispo emérito de Santiago, cardenal Francisco Javier Errázuriz- sobre los "numerosos esfuerzos que se realizan en todo el mundo para la protección de los menores y los adultos vulnerables".

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