¡Ups, nos vendieron la pescá, chiquillas! Resulta que al final, las mujeres son las responsables de que los varones tengan el pene grandote o chequeteeeto.

Hace rato que los sabiondos cacharon que el muchachín humano estaba creciendo y que lejos era el más grandote entre especies similares como el chimpancé o el gorila. Desde entonces han querido probar que el aumento en el tallaje se debe simplemente a la selección natural o más bien dicho a la sexual.

Un grupo de científicos australianos, los más capi en temas de penes, realizaron un estudio sobre las preferencias femeninas y la influencia del tamaño del chicoco, en combinación con otros rasgos, en el atractivo masculino.

Para estidiar el temón los mateos reclutaron un centenar de chicas que estuvieron dispuestas a ir al sacrificio y tuvieron la pega de observar las imágenes de 53 adanes por ordenador con diferentes tamaños de pene y perfiles anatómicos distintos, y les pidieron una valoración anónima de su atractivo.

El resultado confirmó lo que muchos consideran sólo un mito. Ellas los prefieren con un niño crecidito, especialmente cuando la figura del macho es más alta y con hombros más anchos.

Pero ojo no todo está perdido para los chiquillos más menuditos, pues el mismo estudio concluyó que las mujeres no consideraban más atractivo a un hombre de pene largo cuando éste era bajito y menos estilizado. No digo yo... a nadie le falta Dios.

"Hemos descubierto que el tamaño de los penes en flaccidez tiene una influencia significativa en el atractivo del macho", escribe el equipo en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Los adanes con penes más grandes fueron valorados como relativamente más atractivos". El efecto de esta atracción, aseguran, depende la altura y la forma de la silueta y los investigadores achacan este efecto a dos posibles causas: o bien un pene del mismo tamaño parece más pequeño en un cuerpo más grande, dicen, o bien se produce una discriminación general hacia los machos más bajitos.

En cualquier caso, concluye el estudio, "nuestros resultados muestran que la elección de las hembras a la hora de elegir pareja puede haber jugado un papel importante en la evolución del pene relativamente grande de los humanos". Y que, al igual que en otras especies, la selección sexual puede influir en la evolución de los rasgos sexuales básicos de los animales.