Han pasado 41 años de lo ocurrido y aún se manifiestan sus ecos en la esquina de Gaspar Banda y Arcángel. Como si fuera la banda sonora de una película, pero sin música y menos imágenes…  ¿Fantasmas? Sólo ruidos, voces, gritos y luminarias que se apagan sin causa aparente.

La primera manifestación de los hechos ocurrió en marzo de 1978, con Leonardo, el "Guatón Leo", y Oscarito, quienes habían escuchado, como casi todos los vecinos de El Llano, en San Miguel, la historia del terrible accidente que en 1976 costó la vida a tres hermanos, cuyas motos fueron arrolladas por un bus de la Empresa de Transportes Colectivos del Estado.

Detalles de la tragedia de El Llano

La tragedia ocurrió en calle Arcángel, la misma que hoy sale al Metro San Miguel. Al poco tiempo del accidente (los chicos vivían a sólo dos cuadras de donde perdieron la vida), las habladurías sobre ruidos de motos y gritos de dolor cerca del sitio se fueron haciendo cosa común.

Y como tantos, Oscarito y el "Guatón Leo" se dieron maña para pasar la noche ahí. La leyenda cuenta que de pronto se apagó el único farol público del lugar, dejando en penumbra la calle. Los chicos huyeron despavoridos y, según sus amigos, tardaron varios días en volver a "callejear".

Poco tiempo siguieron viviendo los padres de las víctimas en El Llano y muchos años ya han pasado del fatal accidente. El tiempo ha ido borrando los detalles, pero el mito está lejos de pasar al olvido.

Isabel Berti fue vecina de los jóvenes motoristas accidentados. Hoy tiene 48 años y dice no recordar el apellido de los fallecidos y su familia. Pero sí tiene presente todo lo que se generó después, lo inexplicable. "Cuando la gente comenzó a hablar de que los chicos penaban y se escuchaban los motores de las motocicletas, sus padres ya se habían cambiado de casa. Supe de dos vecinos, como de mi edad, que estuvieron en shock porque peluseando  a ver si sentían algo, fueron al lugar muy tarde en la noche y luego salieron gritando y llorando como locos", recuerda.

La historia de este mundo y su eventual manifestación desde otra realidad también la tiene bien presente el taxista Juan Antonio Carrasco, quien trabajó durante 20 años en el sector. "Hay que poner una animita, yo una vez fui a comprar cigarros y de la nada se levantó un viento. Era tarde, y sentí que venía una moto. Como iba por la calle, me subí a la vereda por seguridad y al darme vuelta no venía nada, nada…".

El imaginario de fantasmas y sucesos paranormales

Pero no todos creen en que la muerte de los tres hermanos haya dejado una estela de sucesos paranormales. Lastenia Rivera, antigua vecina del sector de la Plaza 12 de Octubre, sabe de lo ocurrido, pero asegura que no es más que parte del imaginario del sector, leyenda urbana. "Pasé montones de veces por ahí, incluso una vez detuve al auto y me estacioné a ver si pasaba algo, pero nada", recuerda, casi con decepción.

No obstante, hoy cuatro décadas después del accidente, algunos vecinos insisten en que aún se pueden oír los rugidos de las motos, especialmente en las cálidas noches de enero, mes en que perdieron la vida los hermanos.

Día fatal

Un día de enero de 1976 se produjo el accidente, luego de que un bus de la desaparecida Empresa de Transportes Colectivos del Estado arrollara a tres motoqueros.

Actividad paranormal

En marzo de 1978 dos niños llegaron a la esquina del accidente. Entrada la noche, sintieron los ruidos de las motos fantasmas y gritos de dolor.