"Él es así, está dispuesto a todo por defender a su familia", contó muy afectada Daniela (17), prima del peque de 13 años que recibió un escopetazo en la zona genital y perdió el testículo izquierdo, tras un presunto robo en la casa de una vecina, en la villa Confraternidad, de San Bernardo.

"El Seba estaba viendo tele, cuando notó que había dos gallos en el techo de al lado. Como cachó que su madrina estaba en peligro, no dudó ni un segundo para salir a ayudarla", explicó Daniela, mientras mostraba con orgullo fotos de su primo con cracks del Colo.

Los familiares del lolito contaron que la abuela del menor, quien lo crió de potrillo, quedó tan choqueada tras el escopetazo que recibió su regalón, que ahora no quiere ni salir a la calle. Para más remate, un tío del chicoco también quedó con perdigonazos en el cuerpo y el rostro.

RADIO

Según relató el fiscal Robinson Arriagada, el niño recibió el impacto mientras perseguía a una pareja de ladrones, que huían con la radio que se chorearon de la camioneta de su madrina y vecina, cerca de las 2 de la madrugada de ayer.

De acuerdo con la investigación, el chiquillo cachó a los malandras, alertó a sus vecinos y se inició una persecución, arriba de la misma camioneta sin radio, contra los amigos de lo ajeno. Cuando los pillaron, se produjo un forcejeo y los bandidos le dispararon al adolescente, aseguró el fiscal.

No contentos con la desalmada agresión, los cumejas pegaron plomazos al vehículo en que los vecinos los seguían y apretaron cachete. Como ya habían llamado a Carabineros, los polis detuvieron a uno de los supuestos rateros, a pocas cuadras del lugar.

Según la información policial, Florentino Benito Bravo Elgueta (42) fue arrestado con una escopeta hechiza, tres cartuchos calibre 12 en el bolsillo y un tiro recién percutado dentro del fierro artesanal.

El imputado, quien no tiene antecedentes, fue formalizado por los delitos de robo con fuerza en lugar habitado, lesiones graves contra el menor, lesiones menos graves contra el tío y porte ilegal del arma.

Pese a la declaración de varios testigos del supuesto choreo, el abogado defensor del cartonero alegó que su cliente fue la verdadera víctima de un asalto, y acusó al lolo herido y su patota de cogotearlo. En esa versión, el disparo se le arrancó al mismo cabro en el atado, pero el juez no le creyó y lo mandó preso.

El capitán de Carabineros Marcelo Sepúlveda, de la 14ª Comisaría de San Beca, reiteró a la cuidadanía que no se tire a héroe y no persiga a los delincuentes por su cuenta.

Pedro Robledo A.