¡Maduren, cabr@s! Adolescencia dura hasta los 24 años

El dramaturgo inglés Bernard Shaw acuñó la célebre frase: "La juventud es una enfermedad que se cura con los años". Sin embargo, a raíz de una publicación en la revista médica "The Lancet", se podría llegar a pensar que el "mal" de la juventud podría demorar más tiempo en "sanarse".

Esto, porque en el artículo se propuso cambiar lo establecido, y extender la adolescencia desde los 10 hasta los 24 años; es decir, duplicar el tiempo que toma esta etapa, que en la actualidad va desde los 12 hasta los 19 años

¿Cuáles son las razones para estirar la adolescencia? De acuerdo a los expertos, el desarrollo de la sociedad actual ha generado un retraso a la hora de adoptar roles y responsabilidades, como el ingreso a la vida laboral, casarse o tener hijos. Actualmente, los jóvenes entre los 19 y los 24 años están estudiando una carrera técnica o universitaria, quizás iniciándose en el mercado laboral, y no son pocos los que aún no tienen claro lo que desean hacer con su vida.

A diferencia de sus padres o sus abuelos, quienes, a su misma edad, ya estaban trabajando o formando una familia.

¿Qué es la adolescencia? La más elemental definición trata a la adolescencia como un período vital entre la niñez y la edad adulta, pues en este tramo se produce el desarrollo biológico, psicológico, sexual y social de un individuo.

Su rango de duración es relativo, de acuerdo a las diferentes fuentes y opiniones médicas, situando su inicio entre los 10 y los 12 años. Esta etapa comienza con la pubertad, biológicamente determinada por la actividad del hipotálamo, que genera hormonas que activan la glándula pituitaria y las gónadas.

Cambios

Sin embargo, este período no implica sólo el desarrollo biológico, pues durante esta etapa se define la identidad, a través del contacto por los pares, la imitación de conductas de sus referentes más cercanos, y las primeras experiencias amorosas y/o sexuales.

A raíz del desarrollo de las sociedades modernas, se han producido importantes mejoras en la nutrición y salud. Esto ha llevado a que este proceso se adelante en el tiempo, mientras que el crecimiento del cuerpo y del cerebro continúa hasta pasados los 20 años.

Nueva sociedad, nueva adolescencia. Considerando este contexto biológico, los científicos de "The Lancet" plantearon la necesidad de cambiar la edad de inicio y término de la adolescencia.

Ya que, además de que el desarrollo biológico continúa más allá de la segunda década de vida, en los últimos 40 años se ha vivido una total transformación social que ha provocado un retraso en la adopción de roles y responsabilidades, comúnmente asociados a la vida adulta, como el casarse, tener hijos o vivir en la casa propia.

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Una de las explicaciones para este fenómeno actual es que los jóvenes entre los 19 y los 24 años aún están terminando sus estudios. Si a eso se le suma que existen estímulos para lograr la estabilidad económica antes de sentar cabeza y tener familia, se produce la demora en cumplir con metas como los hijos o la casa propia.[/caption]

En la actualidad, es probable que un joven de 19 años, recién esté inciando su vida universitaria, o incluso, aún no tenga claro a qué desea dedicarse en su vida adulta.

Por otro lado, se estimula a que las personas tengan una profesión y un trabajo estable antes de contraer matrimonio o tener descendencia, con el fin de lograr la ansiada "estabilidad". Y si a eso se le suma que los viajes y el acceso a ciertos lujos también forman parte de lo esperado en la "vida adulta", no resulta anormal que se produzca un retraso importante en la toma de decisiones vitales, como el matrimonio.

Esto se ha convertido en una tendencia a nivel mundial. En España, por ejemplo, la edad media de los hombres para el matrimonio es 35,04 y la de las mujeres, 32,93, nueve años más que en 1975.

Chile no permanece ajeno a este fenómeno. De acuerdo a un informe del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), se mostró que entre el año 2002 y el 2015, hubo un drástico aumento en la edad de casamiento, tanto en hombres y mujeres.

Si en el 2002, las mujeres contraían nupcias a los 27 años en promedio, en el 2015, la edad del matrimonio en ellas se situaba en los 33 años. Una similar brecha se observa entre los hombres, quienes en el año 2002 se casaban a los 30 años en promedio, pero en el 2015, lo hacían a los 36 años de edad.

Más que sólo datos. Williams Grado es un joven de 26 años que representa fielmente todo lo que estos números, datos y tendencias apuntan. A esa edad, nunca ha pololeado en serio, ha estudiado dos carreras que dejó a medio camino y sigue en la casa de sus papás, viviendo gratis.

Para él, el tema no es preocupante. "Se trata de disfrutar la vida, ¿o no?", inquiere el muchacho, que por estos días se dedica a vender algunos productos lácteos que ni siquiera compra sino que sus papás se los pasan, así como para que haga alguna cosa y se gane "sus monedas".

Aunque no tiene vicios o cosas así, Grado es fanático de estar con sus amigos, escuchar música y, cuando logra sacudirse de la desidia, estirar un rato las piernas jugando una pichanga. "Me siento joven, adolescente. Quiero disfrutar esta etapa hasta que vengan los años de verdad, donde deba valerme por mi mismo. Si me dicen que la adolescencia dura hasta los 24, yo diría que es mentira, quiezá hasta los 27, porque ahí me pondré las pilas", admite.

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