Crónica

Mañalich estará ojo al charqui ante posibles dramas cardíacos

El rescate de los mineros comenzará apenas se abra la "brecha de la vida". Su posterior atención médica pasará por tres etapas hasta que sean trasladados en grupos de seis, en uno de los tres helicópteros destinados para llevarlos hasta Copiapó. ¿Qué pasará una vez que se estabilice a los titanes? El ministro de Salud, Jaime Mañalich, explica los detalles de este proceso.

- ¿Qué especialidades médicas habrá en la mina?

- El equipo médico, contando médicos, enfermeras y auxiliares, será de 20 personas por turnos de 12 horas cada uno. Y serán expertos en rescate de urgencia. Lo que tienen que hacer es estabilizar a los mineros y garantizar que no tienen ninguna complejidad.

- ¿Cuál es el plan para los mineros que salgan con complicaciones?

- Este escenario se ha creado pensando en el "qué pasa si...". Podría ocurrir que salga un minero, al que le van a decir que se acueste en la camilla, y él diga '¿cómo se le ocurre?'. Va a caminar por el túnel al hospital y va a pedir que lo dejen ir... Hemos pensado en que algunos mineros requerirán el máximo apoyo inmediato. Esto, para la mayoría de los mineros, desde el punto de vista médico, está sobredimensionado.

- En ese sentido, si algún minero pone resistencia a la hospitalización, ¿será enviado igualmente a Copiapó?

- La hospitalización no es contra su voluntad. Pero le hemos señalado a las familias, le hemos dicho a ellos y dicen estar de acuerdo.

- ¿Cómo se está preparando el Hospital de Copiapó?

- Tenemos la posibilidad de disponer de un piso completo, pero estamos inclinándonos por tener dos áreas; una de mayor observación, la Unidad de Cuidados Especiales. Porque efectivamente algunos, ya sea por condiciones sicológicas o infecciones, o tratamientos dentales, porque varios están con abscesos, van a requerir más cuidados.

- ¿Habrá personal médico especial?

- Será el mismo personal del hospital fortalecido por algunas especialidades: Dental, oftalmología, dermatología, siquiatría y nutrición.

-¿Qué casos se trasladarían a Santiago?

- Hasta ahora ninguno. Pero si alguien necesita tratamiento quirúrgico complejo, o si tiene una fractura, se trasladaría al Hospital del Trabajador. Y si necesita alguna intervención cardiaca, tal vez a otro centro.

- ¿El trayecto a la superficie podría desencadenar un problema al corazón?

- Lógico, sobre todo en los mayores si cae su presión arterial, y por eso hay que monitorearlos.

- ¿Cuál es el peor escenario durante el rescate?

- Sigo teniendo mucho respeto a que aparezca una enfermedad de muy difícil tratamiento en la mina: Una bronconeumonia, una apendicitis aguda, un infarto...

- En su opinión, ¿se debería encamisar el ducto?

- Esa es una decisión técnica muy difícil que escapa a mis facultades. Encamisar tiene ventajas y desventajas. Si no está encamisado va a haber más roce y, a pesar de que las tres cápsulas están diseñadas para mantenerse en el centro, la superficie del túnel es rugosa y podemos empezar a perder cápsulas Fénix. Dios quiera que si es así, sean suficientes para soportar ese trabajo más duro.

- ¿Cuánto demoraría hacer más Fénix?

- Una semana.

- Entonces la decisión debería tomarse ya.

- Yo creo que con los tres estamos bien. Si se decide encamisar, probablemente un Fénix va a bastar para toda la maniobra.

- De corazón, ¿cuáles son sus expectativas?

- Lo digo con mucho respeto por toda la gente que ha trabajado, pero hemos llegado a este punto por azar, hay muchas cosas que están fuera de nuestro control: Que los 33 hayan sobrevivido, que la mina no se haya derrumbado, que no haya ocurrido ninguna enfermedad importante. Son cosas inexplicables. Sería un poco soberbio si estos hombres salen y se recuperan, sólo decir que lo hicimos fantástico.

- Las teorías holísticas dicen que el 33 es el número de la divinidad...

- O sea, todo esto tiene mucha magia, elementos que no están en nuestro entendimiento y eso explica por qué la opinión mundial ha tenido tanto interés en el tema.

CÁPSULA FÉNIX LOS MANTIENE BIEN PARADOS

Diez grados de inclinación tendrá el ducto por el que serán rescatados los 33 titanes, por lo que parte fundamental de la composición de los Fénix son las cuatro ruedas de acero que evitarán que la cápsula roce la roca. Si ello pasa, no sólo podría quedarse atascada, sino que el material se calentaría tanto que podría atentar contra la vida de los mineros.

Esenciales también son el cable de acero antirrotación traido desde Alemania y el sistema interno de tres palancas, que permite que el ocupante suelte la carcasa superior y que la cápsula vuelva a bajar en caso de atasco. Si ello sucede, se reemplazaría el Fénix.

Cada cápsula también está equipada con un arnés que mantendrá a los mineros erguidos aunque se desmayen, y tres tanques de oxígeno enriquecido con 60% de hidrógeno.

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