La madre de todas las marchas que se vivió el viernes último en Santiago, tuvo una réplica bien fuerte y bulliciosa en Valparaíso. Y es que miles de porteños repletaron las avenidas entre la Ciudad Jardín y la Joya del Pacífico conformando la manifestación más multitudinaria de la historia de la región.

La idea era llegar hasta las puertas del Congreso Nacional, en avenida Pedro Montt, para exigir una mayor justicia social, dignidad al pueblo y terminar con la desigualdad y los privilegios de los gobernantes.

[caption id="attachment_424709" align="alignnone" width="600"]

People take part in a demonstration in Valparaiso, Chile on October 27, 2019. Embattled Chilean President Sebastian Pinera announced on Sunday that a state of emergency that has lasted more than a week amid mass protests would be lifted at midnight. The decision, just two days after more than a million people took to the country's streets demanding economic and political change, comes after the equally unpopular week-long nighttime curfews ended on Saturday

/ AFP / Raul Goycoolea[/caption]

Bajo el lema #LaMarchaMasGrandeDeLaQuinta, la gente se organizó por redes sociales, y al igual que la ocurrida en Santiago, no hubo escenario, ni rostro, solo las ganas de caminar y luchar por sus demandas. Fue así que la gente de Viña del Mar caminó de forma ordenada y pacífica por avenida España, la que se extendió por varios kilómetros y parecía no terminar, y que fue apoyada también por decenas de motociclistas, e hinchas de Wanderers y Everton, que por un instante olvidaron sus diferencias y avanzaron abrazados como hermanos. En Valparaíso la gente baja en masa de los cerros hasta el plan.

Congreso cercado

Con banderas al aire y al ritmo de las cacerolas y silbatos, los habitantes de ambas ciudades se juntaron en la intersección de las avenidas Errázuriz con Argentina y encaminaron hasta el Parlamento, sin embargo las fuerzas de orden y seguridad lo impidieron y lanzaron gases lacrimógenos y agua, lo que fue duramente criticado ya que los asistentes en su mayoría eran familias y niños.

La acción policial y militar derivó en enfrentamientos aislados y que no duraron mucho, ya que la tónica de la marcha era familiar y pacífica.

Hasta el cierre de esta edición ni la Intendencia de Valparaíso ni Carabineros informó una cifra de asistentes.