A pesar que gran parte de la marcha de universitarios por las principales calles de Santiago fue pacífica, pequeños grupos de jóvenes alteraron el orden durante el mediodía. La tole tole se armó en Alameda con Fanor Velasco, donde encapuchados bloquearon las arterias y lanzaron piedras contra vehículos.

Los cabros movieron las vallas de contención y armaron barricadas improvisadas y arremetieron contra buses del Transantiago. Esto obligó a las fuerzas de orden a dispersar a la muchedumbre con carros lanza agua y piquetes.

El acto había concluído en la plaza Los Héroes y los dirigentes llamaron a los estudiantes a retirarse con tranquilidad. Sin embargo los infiltrados de siempre dejaron el punto negro de la jornada.