Crónica

"Me da pena ver la inmundicia de la gente"

Sembrado con 115 toneladas de basura, porquerías, curados y hasta colchones amaneció ayer el Parque O'Higgins después de 3 días de carretes dieciocheros.

Uno de los pocos que todos los años sale ganando con la cochiná es el recolector Andrés Riveros, quien se tiene que levantar con el gallo para "cosechar" los papeles y cartones que le dan de comer.

"Aunque no me crea, en los tres días de fiesta junté casi una tonelada de material. Usted dirá que es mucho y que salvé el año, pero apenas me van a dar como 15 lucas por todo. No es mucho, pero ayuda para echarle algo a la olla", dijo el compadre.

En los 15 años que lleva recogiendo cartón y papel en su carretón, Riveros dijo que nunca había visto tanta basura junta. "Aunque sea mi trabajo, da pena ver la inmundicia que deja la gente", se quejó.

El encargado de mantener soplado el Parque O'Higgins, Roberto Zúñiga, calculó en 115 las toneladas que sus muchachos barrieron sólo en el sector de las fondas.

"El año pasado sacaron aproximadamente 90 mil kilos de basura, pero este año yo creo que estamos cerca de las 115 toneladas. Se nota en los viajes que tuvieron que hacer los cuatro camiones", contó el ñato.

Sobre el detalle del chiquero en que se transformó el Parque O'Higgins, Zúñiga dijo que la mayoría de la basura es porquería "liviana", onda servilletas, envases plásticos y vasos.

Sin embargo, bastó mirar la laguna para darse cuenta que la gente sucia la dejó convertida en un verdadero pantano y que en el sector de las parrillas los malvivientes dejaron tirados colchones, fondos con restos de comida y hasta calzoncillos con "rouge". Ordinario.

En total fueron 70 los brigadistas municipales que se encargaron de limpiar el mugrerío que dejó el medio millón de personas que visitó el Parque O'Higgins.

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