Crónica

"Mecánico dental" usaba llave picoloro para ajustar la sonrisa de león a sohuas

Alicates, yunques y hasta un formón ocupaba en sus atenciones a domicilio un falso dentista que operaba en la zona centro sur del país y que fue detenido en Linares por la policía civil.

El viejo sinvergüenza de 61 años fue identificado como José Narciso Solorza Leiva.

Cayó en la Séptima Región, en la localidad rural de San Víctor Álamos, donde tenía convencidos a todos los huasos de que era un reconocido cirujano dentista, con estudios en Argentina. Mentira, porque los escasos conocimientos que tiene los sacó de un curso que hizo por correspondencia.

Años atrás la policía le había funado una consulta ratona que tenía en San Javier, tras lo cual empezó a visitar a sus pacientes en sus propias casas.

Fue así como se aperó con llaves picoloro, alicates, tenazas, martillos, cinceles y hasta un serrucho para atender a la huasería de Curicó, San Javier y Linares.

El ferretero no ocupaba anestesia. Los colmillos, muelas y paletas los fabricaba con yeso y plasticina y los pegaba con "la gotita".

SONÓ

Cuando iba a ser detenido, Solorza intentó arrancar con todas sus cuestiones, pero se dio cuenta de que la casa estaba rodeada por detectives de la Brigada de Homicidios (BH) de Linares y se entregó mansito.

Durante la constatación de lesiones, el pechuga dijo "no soy dentista, soy mecánico dental".

Los policías allanaron la covacha del compadre y además del montón de fierros, incautaron una llave stillson que ocupaba para sacar los chocleros de sus pacientes. También le encontraron un par de tenazas oxidadas, pegamentos, llaves de tuerca, guaipe y palancas para arreglar bicicletas.

El maestro enfierrador cargaba su arsenal odontológico en una mochila y cobraba entre 45 y 100 lucas por la consulta a domicilio.

"A mí me puso una prótesis enterita. Es una buena persona. Lo único malo es que me hizo los dientes muy grandes y me dejó la boca como órgano de iglesia", dijo a La Cuarta una temporera que fue atendida por el vivaracho.

Leonel Castro también cayó en las garras del falso dentista, igual que Lucho Carrasco. A los dos les sacó hasta el alma y recetó hacer gárgaras con pipeño para el dolor de muelas.

El detenido llegó a atender familias enteras. Su modus operandi consistía en recorrer comunas rurales, donde sacaba dientes sanos y fregaba las sonrisas de hombres y mujeres, la mayoría temporeros y humildes campesinos. Apenas sabía que la policía andaba tras sus pasos, apretaba cachete.

El viejo pillo ya tenía antecedentes por cuentero, estafa y ejercicio ilegal de la profesión.

El jefe de la BH de Linares, subcomisario Carlos Vásquez, dijo que "recepcionados los antecedentes de que esta persona ejercía como dentista, pedimos instrucciones al Ministerio Público y lo detuvimos".

La detención de Solorza se amplió, ya que en Curicó tenía una orden de detención pendiente por estafa.

P. Tapia/C. Godoy

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