No le importa si hace mucho frío o si ataca el manso caregallo. El doctor Renato Alvarado Vidal (67) lleva casi toda su existencia sin usar zapatos, y ha hecho del andar a pata pelá un verdadero estilo de vida.

La costumbre se le quedó arraigada desde su tierna infancia en Calbuco (Chiloé), donde el médico cirujano de la Universidad de Chile creció correteando por los alrededores de la costa de la Isla Grande con las gambas descalzas. Y le gustaba tanto sentir la superficie del suelo bajo la planta de sus patulecas que decidió que nunca más se pondría un par de tatos.

Desde entonces, su vida transcurrió como una trama novelesca: se graduó de medicina en la Casa de Bello (donde tampoco se ponía zapatos), se casó con los deditos al aire e incluso recorrió sin calcetines el "Camino de Santiago", en España, una larguísima ruta que comienza en Francia y termina en el santuario de Santiago de Compostela. Además laburó en el hospital de Puerto Montt donde, obvio, examinaba descalzo a los enfermos.

Actualmente, está felizmente casado, es padre de cuatro hijos, se desempeña como galeno en su consulta ginecológica privada en la misma ciudad sureña, donde atiende a sus pacientes a pata pelá.

- Oiga, doc, ¿en qué momento decidió que quería andar a patita pelá?

- Es que nací así.

-  ¡Pilucho y descalzo!

- Exactamente.

- Pero dígame la verdad: ¿Nunca se pone zapatos? ¿Ni cuando atiende a sus pacientes?

- No, no me gusta. Aunque  en reuniones importantes, antes me ponía calcetines. Esto de los zapatos es una moda.

- ¿Tanto así?

- Yo tengo la sospecha de que es natural andar descalzo. Por ejemplo, en mi niñez las escuelas tenían un lavadero para los pies, así que tú te los lavabas ahí y luego entrabas descalzo. Era normal.

- ¿Y qué siente cuando se tiene que poner zapatos?

- Incomodidad. Pero lo más desagradable es no tocar el suelo, como si tú te pusieses guantes en la mañana y no te los sacases en todo el día. Uno se estaría perdiendo parte de la dimensión sensorial, que es el tacto.

-¿Y qué le dice la gente?

- Acá todos saben como soy. Pero yo entiendo que a muchos les parezca raro, aunque para mí es muy claro que esto de los zapatos es una moda. Son cosas que nos meten en la cabeza. En Puerto Montt, cuando llegó por primera vez el ferrocarril, los trabajadores normalmente iban descalzos, por comodidad, pero todos usaban sombrero. Ahora es a la inversa.

- ¿El sombrero se fue a los pies?

- Algo así. Las épocas van creando modas, y ahora la moda es andar siempre con zapatos.

-¿Y nunca se resfría?

No. Los organismos vivos funcionamos por estímulo y respuesta. Por lo tanto, si los pies informan que la temperatura está baja, el cuerpo responde generando más calor. De hecho, yo hace muchísimos años que no uso parka en invierno.