Pregúntale a la Caro: Menopausia precoz
En torno a la menopausia hay muchos mitos. Más cuando es precoz. Por lo general, la menopausia llega entre los 45 y 55 años, pero hay mujeres a las que se les presenta mucho antes. La primera sensación son los bochornos. Una amiga, que pasó por este trance a los 38 años, contaba que sentía un calor interno, que ni aunque se bañara con agua fría, se le pasaba. Dice que no le duraba más de un minuto, pero que quedaba bañada en sudor, como si hubiese trotado un maratón (algo imposible, porque nunca ha sido buena para los ejercicios). Su corazón se le aceleraba, dormía poco y tenía un dolor de cabeza constante; no era una jaqueca, pero era una molestia que no se le pasaba con nada.
Esperó un poco antes de ir a su ginecólogo, la verdad es que quería con todo su corazón que fuera una falsa alarma, porque es común entre las mujeres pensar en que se alargue, lo más posible, el ciclo de la menstruación. Muchas se sienten "viejas" o que ya no son "minas", como si fuera necesario tener la regla para que una se sienta regia; al menos, yo voy por la vida como si fuera la chica más segura que pisa la tierra, lista para conquistar el mundo. Queridas amigas, empiecen por dejar de preguntar "¿cómo me veo?", siempre se verán estupendas, si se sienten conformes con su cuerpo, ese es el primer paso que hay que dar.
Mi amiga empezó a deprimirse, primero subió un par de kilos, concretamente cinco, luego dejó de sentirse femenina, como si algo le faltara. Me decía que antes odiaba que le llegara la regla, pero cuando empezó a distanciársele, al punto que llegó a pensar que estaba embarazada, corrió al ginecólogo. Ni embarazo ni nada, era la menopausia prematura. Salió deprimidísima, me llamó llorando. No a todas les pasa lo mismo, pero ella pololeaba con un chico menor (la envidio, su pareja tenía 33 años y ella 38), así que sintió el "viejazo".
Aunque no quería tener otro hijo (tiene dos niñas), no estaba cerrada a esa opción, pero una vez que las menstruaciones desaparecen, no existe más función ovárica, y ya no es posible quedar embarazada.
Habló con su pareja, para quien no fue tema. Le dijo que no era importante, pero ella empezó a andar malhumorada, todo le molestaba. No había día que no se enojara por algo, lo más mínimo la sacaba de quicio. Ella decía que era culpa de la menopausia. Volvió al ginecólogo, ya saben, a cierta edad este doctor es nuestro confesor, todo se lo confíamos. Él la tranquilizó, explicándole con "peritas y manzanas" que le pasaría a su organismo a partir de ahora. De eso ya han pasado cinco años, sigue con su pololo y después de pasarlo muy mal durante un año, ahora tiene una vida completamente plena, digamos que no corre ningún susto.
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