Un peritaje a fondo en el computador y el teléfono del menor D.M.H.H. (15) realizado por la Brigada del Cibercrimen de Santiago, terminó por perder al cura Jaime Low Cabezas, imputado por dos delitos de abuso sexual y dos de estupro por el Tribunal de Garantía de Punta Arenas.

La diligencia permitió rescatar el "carteo" sostenido por la pareja a través  del messenger y más de veinte mensajes de amor,  que guardaba la memoria del celular de la víctima. Esta diligencia realizada hace una par de semanas  fue confirmada ayer a La Cuarta por el subcomisario Francisco Fuentes, jefe de la Brisexme de la región de Magallanes.

La policía no se pronunció sobre versiones que aseguran que el Ministerio Público se prepara a reabrir la investigación de la misteriosa desaparición, en octubre del año 2001 de Ricardo Harex, un alumnno del colegio salesiano San José.

La versión suena fuerte en Punta Arenas, luego que la víctima del párroco de Nuestra Señora de Fátima y encargado de la Pastoral Juvenil de la iglesia católica de Magallanes, dijo en el tribunal que no había denuncia los abusos "por temor a que me pasara lo mismo que a Harex".

Muchos patagones recuerdan que durante esa investigación la policía realizó excavaciones en un predio de la iglesia.

Los delitos que se investigan, según la fiscalía, se perpetraron a contar de octubre del año pasado en la casa del obispo de Punta Arenas, Bernardo Bastres cuando  "mediante engaños lo despojó de su ropa, lo toqueteó en todas partes del cuerpo y lo masturbó, luego de lo cual lo besó en la boca". Posteriormente en uno de los dormitorios del obispado el cura  cometió en dos oportunidades el delito de  estupro.

PECADOS

Ayer Bastres dijo que nunca supo nada de la pedofilia  de Low y que sólo se enteró de sus pecados el lunes.

"Soy el primer interesado en querer conocer y saber la verdad, que se haga justicia y se repare el daño, esto por el bien de las víctimas", dijo.

"Como padre obispo estoy muy afectado, pues nuestra vocación es fomentar y defender la vida, sobre todo la de los niños, adolescentes y jóvenes, por ello he comprendido el dolor reflejado a viva voz en el tribuna por un familiar (…) A todos los que se les ha causado dolor les pido de corazón perdón".

Manuel Vega O.