Notoriamente emocionada, Ana María Rodríguez se acercó a Juan Pablo Queraltó en medio de un despacho de Contigo en la mañana desde la Plaza de Maipú.

Si bien a la mujer se le consultó sobre el nuevo gobierno, quiso cambiar drásticamente de tema para referirse al dramático caso que la hizo acercarse al periodista.

“Quiero aprovechar esta oportunidad de pedirle al alcalde de Maipú... tengo a mi hijo con autismo, tiene 8 años, aprovecho la pantalla para pedir que paren con las campanadas del Templo Votivo de Maipú porque les produce crisis a los niños con autismo. Mi hijo sufre, se autoagrede cuando suenan las campanas. Vengo del templo y me dicen que están programadas computacionalmente, que mande un correo”, denunció.

Además, explicó que “son 45 niños que sufren con las campanadas del templo, se escuchan cada una hora. Debieran ser solo para la llamada de la misa”.

Con voz quebrada, reconoció que “me emociono porque es mi hijo. La profesora tiene que programar su teléfono para ponerle audífonos, y no solamente a mi hijo. Uso la pantalla para que el señor alcalde haga algo con las campanadas”.

“Estuvimos dos años con clases remota, por lo tanto no tenían que sentir las campanadas. No es justo que los niños con autismo estén sufriendo por una tradición”, continuó.

Luego de escuchar a la vecina de Maipú, Monserrat Álvarez reaccionó desde el estudio. “Lo encuentro inaudito. No puede ser”, dijo.

Y Ana María agregó: “La profesora pone alarma y los compañeritos dicen ‘los audífonos para el Cristóbal’, porque o sino entra en crisis. Corremos riesgo de un accidente grave, que se rompa la cabeza, que se arranque, que salga corriendo del colegio, que lo atropellen”.

JC Rodríguez perdió la paciencia

Para tratar de solucionar el problema de esta joven madre, JP Queraltó la acompañó hasta el templo. Allí conversaron con José Luis, encargado de las campanadas.

“Este es un lugar histórico y hoy es la celebración del día en que el padre de la Patria hizo un voto”, explicó el hombre, generando el disgusto de JC Rodríguez.

“Dile que está desinformando”, le pidió el animador a Queraltó.

“No son campanadas y esto se puede programar o bajar sus decibeles (...) En nombre de este santuario le pido disculpas”, añadió el entrevistado, mientras miraba a la angustiada madre.

“No pida disculpas y arregle la cuestión”, cerró JC, choreado.