La utopía de lograr la vida eterna aún no existe. Sin embargo, hay una posibilidad de “extenderla”, y esa es donando su bello cuerpecito a la ciencia.

Es lo que ofrecen varias facultades de medicina en Chilito, que solicitan los cuerpos de la barra para que los futuros médicos, enfermeras y profesionales ligados a la salud puedan practicar y meter bisturí. La idea es no se equivoquen con los vivos.

“Acá se reciben todo tipo de cuerpos; los únicos que no sirven son los que están infectados con la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (la vaca loca), ya que se puede transmitir a otras personas y por norma sanitaria deben ser cremados”, aplicó formalina al diario pop el tecnólogo médico Miguel Soto, profe de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, y encargado del programa de donación de cuerpos de esa casa de estudios.

La posibilidad de donar el cuerpo para estos fines es sabida por los mateos del área de la salud, pero un tanto desconocida para el resto de los mortales.

“Los donantes, por lo general, son personas ligadas a estas profesiones. También hay quienes tuvieron una buena relación con nosotros y desean hacer una especie de regalo. Hay otros casos en los que se hace para ahorrarle a la familia los costos de morir: funeraria, nicho en el cementerio, velatorio, etc.”, contó el profesor Soto.

El docente precisa que, al igual como ocurre con la donación de órganos, “la decisión final de donar el cuerpo siempre es de la familia, pero la mayoría cumple por superstición, ya que creen que les pueden venir a tirar los pies si no lo hacen”.

- ¿Cómo es trabajar con la muerte?

- Es un trabajo más. Acá seguimos la legislación, por lo que no hay dinero de por medio. Es todo a favor de la ciencia y el conocimiento.

-  Cuenta la pulenta: ¿penan acá?

- Yo no creo en ello, pero eso no quiere decir que no exista electromagnetismo u otras explicaciones. Yo al menos no tengo sensibilidad para detectar ese tipo de cosas.

- ¿Alguna anécdota que quiera contar, maestro?

- Una vez el amigo de un amigo tuvo un accidente de tránsito en el que perdió parte de su brazo, el que terminó donando a la facultad. Al tiempo vi a esta persona y le pregunté: ¿cuándo vendrás a  la universidad a visitar tu mano?

Si se animó a hacer su aporte en vida, puede visitar la Facultad de Medicina en avenida profesor Zañartu 1130, Independencia, frente al Hospital San José.