Milagro: Le trasplantaron médula y quedó crespito

"Antes tenía el pelo liso, liso... después de la quimioterapia quedé pelado y luego me salió el pelo ondulado. Ahora parezco Jackson Five... Doctora Puga, ¿sabe por qué me salió así?", preguntó ayer Domingo Lincovilú (43), el primer trasplantado de médula en el sistema público de Chilito.
La ocurrente duda sacó risas entre el dire de Fonasa, Mikel Uriarte, el Subse de Redes Asistenciales, Luis Castillo, el dire del Hospital Salvador, doctor Felipe Catán, y la doctora Bárbara Puga, quienes lo recibieron de visita en la nueva unidad de Hematología Intensiva del mismo establecimiento, que fue inaugurada este año.
"Es un efecto secundario de la quimioterapia", le aclaró, con una sonrisa, la profesional.
La preocupación capilar de Domingo pasó a segundo plano cuando empezó a parlar sobre el milagro que significó su trasplante de médula ósea con sus propias células madre.
El año pasado, por una porfiada úlcera gástrica, Domingo fue a parar a la Posta Central. Cuando le hicieron los chequeos de rigor, los médicos cacharon que tenía la columna pa'l minino.
Un mieloma múltiple le causó la fractura de tres vértebras y dejó al ex-pelolais con una fragilidad ósea similar a la de la osteoporosis en las teclitas.
Como la enfermedad le dejó los huesitos como cristal y ponía en peligro su vida, los doctores determinaron que un trasplante sería su salvación.
Tras una serie de exámenes, el 4 de enero, Domingo pasó a la historia como el primer chileno en hacerse una operación de ese calibre en el Hospital del Salvador.
El procedimiento que le devolvió la vida a Domingo fue del tipo precursor hematopéyico autológico, lo que en cristiano significa que al titán le sacaron de sus propias células madre, lo sometieron a una brígida quimioterapia y finalmente, le trasplantaron sus células limpias de todo mal.
Una operación de estas características es más cara que la mugre, pero como Domingo estaba asegurado por Fonasa, fue atendido a cuerpo de rey, y lo mejor de todo, es que no tuvo que desembolsar ni un piticlín.
"Gracias a Fonasa, esta operación me salió gratis y ni siquiera tengo que pagar los medicamentos. Siento que volví a nacer. Ahora me preocupo de vivir al día, no de andarme proyectando ni nada... ya no ando planificando nada", dice el milagro viviente.
Aunque Domingo ahora no puede andar en metro a hora punta, porque se desarma entero y está iniciando los trámites de su jubilación anticipada, porque no podrá titanear como mecánico automotriz, asegura que está agradecido de la vida.
"Si incluso me llevan a dar charlas motivacionales a las personas que tienen esta misma enfermedad en el Hospital San Borja, a ellos les digo que la recuperación es pura actitud y ganas de salir adelante. Si uno quiere, puede mejorarse y recuperar la vida", filosofó.
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