Secta de Colliguay: meditando pasa su encierro la madre de bebé sacrificado

La condenada por el parricidio de su hijo en la secta de Colliguay, Natalia Guerra, está aislada del resto de la población penal en Centro de Orientación Femenino de San Joaquín, por temor a que sea agredida.

Aislada del resto de la población penal por temor a que sea agredida debido al asesinato de su hijo, pasa su encierro Natalia Guerra Jequier (33), una de las condenadas del caso Secta de Colliguay, ocurrido en noviembre del 2012.

La mujer, que fue apresada el martes tras estar prófuga de la justicia por dos años, fue enviada directo al Centro de Orientación Femenino de Gendarmería en San Joaquín, donde es vigilada por un circuito cerrado de cámaras.

Según detallaron desde el interior del penal, al principio llegó alterada y llorando, gritando contra el sistema que era inocente y acusando a Antares de la Luz de ser la mente maestra tras el crimen. Sin embargo, después de pasar a su celda, se calmó. Se sentó en el suelo, cruzó las piernas y se puso a meditar en 'posición de Loto'.

La condenada por parricidio, conocida como "Jeshu" por creerse la hija de Dios y padecer de delirio mesiánico, deberá cumplir los 5 años de encierro por entregar a su hijo recién nacido a Ramón Castillo, quien luego lo tiró a la hoguera. Castillo terminó quitándose la vida en Perú.

La detención

Tras ser hallada por personal de la PDI, nuevos antecedentes surgieron sobre la vida en la clandestinidad de Guerra.

"Para evitar salir a la calle a comprar, sembraba sus alimentos (frutas y verduras) en la parcela, además seguía realizando un culto de sanación y ligado a la naturaleza con otras personas", señaló a La Cuarta el comisario Juan Pardo, jefe de la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales (BIPE).

La mujer había cambiado su apariencia (se tiño rubia y usaba ropa ancha), además usaba el nombre de Constanza Echeverría para no ser ubicada por terceros.

Otra de las pistas que dieron con su paradero fue que la pareja con la que vivía viajó a Brasil a un torneo de Jiu-jitsu. A su regreso hizo una llamada a Guerra desde el duty free del aeropuerto, para preguntarle cuál perfume le gustaba. Esa llamada   interceptada por la PDI dio con el paradero de la ex prófuga.

COMPARTIR NOTA