“No haré ruido”: el fallido pacto mortal de una pareja de abuelos que reabrió el debate por eutanasia

Los Mansfield

Una esposa con enfermedad terminal le pidió a su marido que le cortara la garganta. Él aceptó irse con ella, pero todo terminó en un fallido pacto suicida.

El inglés Graham Mansfield, de 73 años, salió caminando de la corte luego que un juez dictaminara que actuó “por amor” al quitarle la vida a su esposa.

Según recoge el Manchester Evening News, los hechos ocurrieron en la casa de ambos en Manchester, Inglaterra, pero todo habría comenzado en octubre de 2020.

El pacto mortal

Mansfield contó que ese mes a su esposa Dyanne Mansfield, de 71 años, le dijeron que tenía cáncer de pulmón en etapa avanzada, solo unas semanas después de celebrar su aniversario de matrimonio número 40.

Cuando volvieron del hospital hasta su casa, Mansfield confesó que se plantearon por primera vez la idea de un pacto suicida.

Ella le preguntó si estaría dispuesto a matarla en caso de que las cosas “se pusieran más feas”.

El marido estuvo de acuerdo, aunque “con una condición”: que tendría que irse con ella.

“¿Estás lista?”

La mañana del 24 de marzo del año pasado, Mansfield fue encontrado por la policía en su casa rodeado de un charco de sangre, mientras que el cuerpo de su esposa estaba desplomado en una silla al fondo del jardín.

El hombre contó que la última noche juntos se la pasaron “llorando y diciéndonos cuánto nos queríamos”.

Dijo que alrededor de las 5 de la tarde del día siguiente, Dyanne tomó una copa del vino que más le gustaba, mientras que él bebió una lata de cerveza y un whisky con limonada.

En algún momento, según el relato de Graham, él le preguntó: “¿Estás lista?”, a lo que su esposa respondió: “Sí, no haré ruido”.

Luego, sin mucho apuro caminó detrás de la silla en la que ella estaba sentada y le cortó la garganta.

Una inmensa presión emocional

La policía y los paramédicos llegaron a toda prisa a la vivienda de la pareja, luego de que Mansfield llamara al número de emergencias y le dijera al operador que había matado a su esposa antes de intentar suicidarse.

Ayer, un jurado de diez hombres y dos mujeres tomó 90 minutos para encontrar a Mansfield no culpable del asesinato, pero sí de homicidio involuntario.

Al sentenciar, el juez le dijo al acusado que “las circunstancias de este caso son una tragedia para usted y son excepcionales entre las experiencias de este tribunal”.

“Estabas bajo una inmensa presión emocional”.

“Estoy completamente satisfecho de que hayas actuado por amor a tu esposa”.

Fuera de la corte, Mansfield emocionado dijo que su mujer por más de 40 años estaría “furiosa” porque ahora carga una condena penal.

“La ley necesita cambiar. Nadie debería tener que pasar por lo que pasamos”.

“Desafortunadamente hoy mi esposa no está aquí. No debería haber tenido que morir en circunstancias tan bárbaras, pero era lo que podíamos hacer”.

“En lo que a mí respecta, tan pronto como podamos obtener algún tipo de eutanasia con una enfermedad terminal, en nuestro caso, como prioridad, cuanto antes suceda mejor será este país”.

Agregó: “Dyanne estaría furiosa ahora que tengo una condena por hacer algo que ella me pidió que hiciéramos”.

Su abogada Rachel Fletcher dijo a la prensa: “Me complace que esta terrible experiencia haya terminado para Graham. Nunca debería haber sido acusado y en el futuro probablemente no lo habría sido”.

“La ley en este país es brutal y necesita ponerse al día con otros países del mundo”.

Las pruebas del caso

Según publicó la prensa inglesa, donde el tema hizo estallar el debate por el acceso de enfermos terminales a la eutanasia, el día de su muerte Dyanne sangró abundantemente por una “herida incisa abierta de “unos 16 cm”.

Cerca de la escena se encontraron dos ladrillos encima de una carpeta de plástico que contenía una nota escrita por el acusado para la policía.

“Hemos decidido quitarnos la vida”, se lee en el papel, dando instrucciones sobre dónde encontrar las llaves de su casa y cómo contactar a su hermana.

El folder contenía otro documento escrito por Mansfield y dirigido a su familia.

Decía: “Lamentamos cargarte con esto, pero no hay otra manera. Hicimos un pacto de que cuando se pusiera demasiado malo para Dyanne, acabaríamos con nosotros”.

“No podía soportar vivir sin Dyanne y a medida que pasaban los meses y las cosas empeoraron, solo reforzó nuestra decisión de que había llegado el momento. Esperamos que todos nos entiendan”.

“No te vayas a enojar. Hemos tenido una vida maravillosa y feliz juntos”.

Ese mismo día, Mansfield fue arrestado bajo sospecha de asesinato y luego se sometió a una cirugía por heridas en su cuello y muñecas.

La policía habló con la familia, amigos y vecinos de la pareja, quienes hablaron favorablemente sobre el acusado y su “devoción inquebrantable” por su esposa.

Algunos incluso no expresaron sorpresa ante la sugerencia de que él la había matado como parte de un pacto suicida, escucharon los miembros del jurado.

Resumiendo el caso, el juez le dijo al jurado que si se iba a absolver a Mansfield de asesinato, tendrían que estar satisfechos con que hubo un pacto suicida y que él hizo un intento genuino de suicidarse.

Agregó que pueden pensar que sus intenciones estaban motivadas por la compasión por su esposa, que sufría, pero actuar bajo la coacción de las circunstancias no lo vuelve legal, “por más simpatía que pueda sentir al respecto”.

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