El año 2009 se produjo en Valparaíso el brutal asesinato y violación de Francisca Silva, una niña de 5 años. Macarena Urenda, concejala de Viña del Mar, apechugó por el cambio de nombre y rediseño de una plaza ubicada en el sector de Glorias Navales como una forma de homenajear y recordar a la pequeña.

El 1 de agosto del calendario pasado, la pequeña Francisca Silva fue a visitar a su abuela al cerro Placeres de Valparaíso. Jugaba afuera de la casa cuando un vecino, Juan Saavedra, engañó a la menor y la llevó hasta su hogar con la excusa de mostrarle unos juguetes.

Ese fue el inicio de uno de los crímenes más repudiables ocurridos en la historia de nuestro país. La menor fue violada y brutalmente asesinada por Saavedra, quien trasladó el cuerpo de la pequeña de 5 años en un bolso hasta la playa Las Torpederas y la lanzó al mar.

En la actualidad Saavedra cumple cadena perpetua.

La concejala Urenda señaló que "lo encontré terrible y pienso que cosas así no pueden ocurrir en nuestra sociedad. Me pareció un acto violento y brutal, un abuso espantoso con una niña indefensa. Como mujer y madre solidaricé inmediatamente, ya que a mi juicio es lo peor que puede vivir un ser humano".

De esta manera, la edil comenzó a cranear una idea para inmortalizar el recuerdo de la Panchita.

Según contó "pasado el impacto de la noticia empecé a pensar en cómo darle un sentido esperanzador a esa tremenda tragedia. Traté de imaginar algo que sirviera para recordar a la Panchita de modo permanente, un lugar en el que ella pudiera estar presente para siempre".

Añadió que "quería que esta niñita se convirtiese en una especie de ángel protector para los demás niños, de modo de que esta tragedia nunca más volviese a ocurrir. Pensé en una plaza llena de flores, juegos y poesía donde los niños junto a sus madres pudiesen jugar tranquilos sabiendo que un ángel los iba a proteger", añadió.

La concejala se dirigió hasta el sector de Glorias Navales, lugar donde vivía Francisca Silva junto a sus padres y encontró una plaza que calzaba perfecto con su idea original.

"Sencillamente me enamoré de ese lugar ubicado en la población Nuevo Horizonte. El nombre surgió de una conversación que tuve con los padres de la menor, donde me enteré que ellos le decían princesa bailarina y les di a elegir entre el nombre de la pequeña o su mágico apodo. Los padres, en un acto generoso y lleno de humildad, optaron por Princesa Bailarina y así la plaza fue rebautizada y rediseñada".

A poco más de un año de la tragedia, Francisco y Danitza, padres de la pequeña víctima han asumido en forma muy valiente su dolor. "Recientemente los visité para celebrar un año de la creación de la plaza", dijo la concejala.

"Acaban de ser padres nuevamente de una niñita preciosa, lo que ha sido muy bueno, pero también ha reavivado el dolor de Danitza porque le trae muchos recuerdos de Francisquita".

Añadió que sobre su estado anímico que Danitza "está muy contenta con la plaza. De hecho vive preocupada y siempre está haciendo sugerencias sobre cómo mejorarla. Va todas las tardes con sus hijas, y me dijo que le hacía muy bien ir a ese lugar".

Actualmente hay allí un muro con una figura de la Panchita hecha en mármol y 10 columnas con el decálogo de los derechos de los niños.