Paola Brandon: "Algunos carabineros fueron pesados y otros me pidieron el teléfono"

A Paola Brandon la echaron de un colegio de monjas en primero medio porque quedó embarazada. Se matriculó en otra escuela de Copiapó y antes de egresar comenzó a trabajar como secretaria de abogados.
La chiquilla, que ahora luce 26 años, pensaba que Valpo era lo más parecido a París que hay en Chilito, así que hizo la maleta y partió. Con su guagua y 20 lucas en el bolsillo llegó al puerto principal. "Arrendé una pieza en una pensión súper rasca y empecé a trabajar como estatua humana en la Plaza Victoria", recuerda.
La plata era poca y por eso la inocente rubia respondió a un anuncio que solicitaba "bailarinas". Cuando cachó que la pega requería algo más que mover el esqueleto, apechugó. Luego se metió al rubro de los cafés con piernas en Valpo.
Hace cuatro años fue elegida Miss Piernas entre sus pares y le ofrecieron pega en el café Bahía, de Santiago, donde ahora gana hasta 50 lucas al día.
También es stripper, un oficio que ella considera arriesgado, ya que "nunca se sabe quién llama a la puerta". Pero le gusta y lo hace con orgullo, "porque soy la mejor". Anima despedidas de solteros y actúa en discotecas.
Un show lésbico es su especialidad y quizás por eso el miércoles la reclutó Pamela Jiles para reclamar en contra de la homofobia, desnuda frente a La Moneda.
Paola sabía que la podían llevar detenida, "pero nunca me imaginé que iba a pasar ocho horas en el calabozo".
Cuenta que "algunos carabineros fueron pesados y otros, más simpáticos, me pidieron el teléfono para que les hiciera un show".
Sobre la precandidata Jiles piensa que es "espectacular". El resto de los políticos no le interesan.
Su familia se enojó heavy con su performance: "No porque salí pilucha, sino porque ellos son de derecha y yo estoy con la Jiles".
Sebastián Foncea M.
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