Mientras la gente deja los pies en la calle buscando regalitos, o una buena cola de mono para celebrar como Dios manda la Pascua, hay otro grupo de personas que se prepara con todo para resistir el fin del mundo vaticinado para el 21 de diciembre.

Entre los insignes personajes que no se van a entregar fácilmente ante la llegada de la hecatombe o cambio de era, se encuentra el humorista Lucho Arenas Junior, que más allá de los canturreos o chistes, se toma en serio el asunto.

“He juntado comida en lata, atún, arroz, porotos, latas de conserva, sal, aceite y tallarines para cuando se necesite”, cuenta presintiendo el Armagedón.

Si bien no está construyendo un búnker "porque eso es para las avestruces", dice, sí se ha preocupado de juntar agua suficiente, como para armar una represa y bañar a Woodstock.

“¡Nunca es suficiente el agua!, empecé a juntarla luego del terremoto, los apagones y saqueos. Ya que en los supermercados no quedaba nada, ni siquiera fósforos”.

-¿Y cuánta agua has logrado guardar hasta la fecha?

- Debo tener unas 500 botellas de 3 litros.

-¿Y dónde metes tantas?

- Empecé a guardarlas en la cocina, pero me quedó chica; luego en un baño, pero este también se llenó, así que lo clausuré. Ahora estoy almacenando botellas donde familiares y amigos.

-¿Y qué te dicen tus conocidos ante la gigantesca guarda?

- Me huevean y me dicen que tengo una represa en la casa. Pero yo les digo que después del 21 la voy a vender a 10 lucas. El problema es que no voy a tener dónde gastarlas.

Añade que también se aperaría con un whiskicito para la presión. "Y un vodka por si las moscas. Te puede ayudar a desinfectar una herida. Y si me veo muy cagado y el mundo se me viene encima, me la tomo al seco y quedo muerto de cocido", tiró práctico.

SUPERVIVIENTES

Al tiempo que Lucho Arenas junta y junta litros, Luis Díaz, dueño de Supervivencia2012, negocio especializado en soluciones para emergencias y catástrofes, nos detalla que ha llegado mucha gente este mes.

"Fundamentalmente a comprar kit de supervivencia casero, que trae agua y comida para toda la familia con 72 horas de autonomía", detalla.

“La gente también es precavida y está comprando un baño portátil que tiene las características de que al hacer las deposiciones se guardan es una bolsa especial con químicos especiales y queda libre de infeccones y olores”, explica Díaz.

Para el especialista, todo esfuerzo por hacer un refugio sin contar con las lucas es en vano, ya que uno de verdad sale carioca.

“Equipé un búnker de 70 millones de dólares en Santiago, tiene autonomía para 240 años y da la posibilidad hasta de engendrar generaciones ahí y seguir viviendo”, remató a pocos días del final.