Cuando hablamos de Paraguay se nos vienen a la cabeza sus ricos bifes, la belleza de su naturaleza y hasta performances que podrían ser consideradas como arte de naturaleza viva.

Pero, lamentablemente, una ciudadana de esos pagos echó por tierra ese aire de literatura salvaje a la que nos retrotrae Paraguay, porque -de acuerdo a la fiscalía- se dedicaba en nuestro país al tráfico de personas, ese lucrativo comercio para algunos en que las personas que están en juego valen callampa.

Según la investigación del Ministerio Público, de la mano de su similar paraguaya, Luz Chaparro Cordones, junto a su pareja George Varela serían parte de una red internacional de comercio sexual ilegal. Desde agosto a la fecha el dúo habría logrado meter en el país al menos a cuatro minurris desde su país para que repartieran cariñitos tarifados en estos lados.

George Varela, también paragua, fue deportado ayer desde su país cuando lo cacharon que habría jugado al ring ring raja desde tierras chilensis y hoy será formalizado a primera hora.

Los investigadores soltaron en la audiencia de formalización que la entrada del pastito tierno a Chile se hacía por tierra. Al momento que las joyas ponían el taco en Santiago, Chaparro y su galán las subián a un auto donde las instruían acerca del negocio.

El fiscal Augusto Sobarzo parló que las chicuelas cobraban 50 lucas por dar amor con taxímetro, sobre todo en el barrio alto. El fiscal aclaró que "se investiga el paradero de las mujeres".