Pasajero cufifo hizo chocar taxi contra comisaría

Probablemente por culpa del dragón post carrete de un pasajero, el taxista Eduardo Contreras Miño (34) perdió el control de su fuente de trabajo y se fue directo hasta la muralla perimetral de la Tenencia Los Jardines, en La Florida.
El dueño de ese tufo asesino era un joven, identificado como Nicolás Bustos Aldai (25), el cual se había subido minutos antes al toco para resolver a la buena un drama ocurrido en Santiago Centro.
"El taxista venía con un pasajero y por causas que se investigan en la fiscalía, perdió el control del móvil chocando con el muro del cuartel policial. Afortunadamente, no hay lesionados", fue la información preliminar entregada por un oficial de la repartición ubicada en el paradero 18 de avenida La Florida.
Seguidilla
Pero después se supo que el pencazo era sólo el final de una historia larga de condoros nocturnos. Es que
el pasajero había protagonizado antes un accidente de tránsito al chocar su auto con el de otro taxista
. Cómo el chiquillo andaba con la caña e irresponsablemente manejando, no le quedó otra que dar la cara y responder por su condoro, por lo que
aceptó que otro taxista lo llevara hasta su palacete en La Florida a buscar unos billetes
para enmendar el daño causado al vehículo.

Todo iba de perillas, pero por motivos que solo ellos dos saben, el Nico le agarró la palanca de cambio y el volante a Contreras, el cual perdió el control del troncomóvil de techo amarillo, echándose parte del cuartel policial.
"El vehículo se subió a la calzada, impactando un grifo que hay en el lugar, luego chocó con la muralla. Producto del primer impacto se produjo una fuga de agua que luego fue controlada por la empresa sanitaria del sector", agregaron desde la verde institución.
En escabeche
Los polis no tuvieron que caminar mucho para agarrar a los involucrados, pero se fueron de espalda al tomar de un ala a Bustos, ya que aún hablaba incoherencias y lenguas muertas, por lo que se le hizo el "copetómetro", arrojando 1,15 gramos de alcohol por litro de sangre, lo que significa que andaba en estado de ebriedad quedando detenido a la espera de la llegada del fiscal. El chofer del taxi llevaba cero alcohol.
El grifo fue repuesto de una, estrenando un chillón amarillo pato. Los pedazos de muralla fueron recogidos uno por uno por los demás polis, dejando en ese espacio una trasparente malla de color negro hasta nuevo aviso.
Mientras tanto ambos involucrados, el taxista y el pasajero, se fueron pa' la casa, donde esperarán la citación de la fiscalía que deberá determinar quién responde por los daños causados a la pared fiscal de color verde con blanco.
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