Sopeado como maratonista veraniego terminó Ricardo López Esparza (30), luego que se tuviera que mamar el pique desde Viña del Mar a Santiago encerrado, nada más y nada menos que al lado del equipaje de un Pullman Bus.

"El domingo recién pasado viajé desde la Quinta Región a Santiago. Cuando me disponía a abordar la máquina a eso de las 10 de la noche, el auxiliar me dice que el bus estaba lleno y que no había más espacio y que estaba todo ocupado y me dijeron que fuera a pedir explicaciones a la agencia", desembuchó con La Cuarta este casi ingeniero civil.

Como no le dieron ninguna solución y no lo querían dejar subir a la máquina, el chofer le vio la cara de urgido y le dio la opción de irse ‘paraguayo’ o sentado en la escalinata de subida del bus en la cabina, junto a cuatro pasajeros más que tenían el mismo drama por la sobreventa de pasajes.

“Tampoco me podía ir sentado en el asiento del auxiliar ya que iba ocupado por otra persona con el mismo problema que yo, incluso dos o tres pasajeros se quedaron abajo y no pudieron viajar. Cuando partimos le dije al chofer que igual era inseguro donde estaba porque no iba afirmado de nada por lo que me dijo: te ofrezco ir abajo en el habitáculo del dormitorio donde descansamos. Ahí le dije que bueno ya que imaginé que era mucho más cómodo que donde iba”, agregó López.

El chiquillo, que es de Santiago pero que viaja regularmente a Quilpué por asuntos de pega, se cambió de una al estrecho espacio, pero al rato cachó que fue una pésima opción, ya que la ventilación se reducía a una pequeña ventanilla por la que apenas circulaba el aire.

"Abajo había una temperatura horrible, hasta me saqué los zapatos. Era súper caluroso con dimensiones de un metro y medio por un metro y medio, pero el largo era del ancho del bus. Era tanto el calor que no podía dormir así que me fui leyendo, más encima por los tacos de la época el viaje se demoró el doble de lo habitual, llegando pasadas las dos de la madrugada", indicó el compadre.

“El chofer igual me pidió disculpas por todo el atado y yo se las acepté. De todas maneras envié un correo a la empresa, pero no me han respondido aún. También puse un reclamo en el Sernac, ahí me dijeron que mi caso tiene asidero para una eventual solución”, soltó López.

Al ser consultados por el diario pop, la empresa Pullman Bus no contestó los llamados y sólo respondió una simpática grabadora.