Pasan los años y al Fiat 600 no se le quita lo caliente...
A pesar de que el Fiat 600 lleva más de 50 años dando vueltas por las calles de todo el mundo y se ve chico y estrecho, lo caliente no se le quita.
Este autito económico y que se fabricó desde 1955 hasta 1982, nunca ha pasado de moda. Con una cilindrada más parecida a la de una juguera, de tan solo 633 cc, sigue siendo un vehículo de culto para sus seguidores, tanto en Chile como en Sudamérica.
A tanto llega la pasión tuerca por este cacharrito que la Muni de Maipú recibió la Quinta Junta Nacional de Fiat 600, en la que participaron más de 150 vehículos, todos más arreglados que una cabeza de chancho, incluida la nave modelo 68 de Claudio Soto.
"Buen año, ya que uno más y me doy vuelta", señaló este mecánico de San Beca, quien contó que a pesar de los lustros del bólido, todavía le da más de 17 kilómetros por litro.
Soto pertenece al club "Estilo 600", donde ha ganado una chorerra de premios con aceleradas y chantadas. "También le he metido harta plata en audio y por lo mismo he ganado trofeos por el súper wataje", se cachiporreó.
Otro que le ha metido harto billullo a su autito es Pato San Martín, cuyo fanatismo por su Fiat 600 también le ha valido los retos de su señora, ya que considera que la deja un poco de lado y que le mete mucho al auto y poco a ella.
"Le da todo al Fito y conmigo no pasa naipe", alegó Carol Sáez, la querida y amada esposa de Patricio.
Pero la mujer también defendió a su hombre, "porque parece una verdadera anaconda y día por medio me pega una enrollá. Es igual al Fiat 600 porque se calienta altiro", chacoteó Carol.
Chico y caliente
Este siempre ha sido el eterno y quizá único problema del Fiat 600, recordó el organizador del brillo, José Baeza.
"Este auto es capaz de salir de una pana con un alambre y sus repuestos son baratos, pero lo único malo es que se calienta mucho y siempre hay que andar con una botella con agua para refrescarlo", indicó.
"El Fiat 600 fue uno de los vehículos oficiales de la clase media y era especial para viajar a la playa", dijo el alcalde de Maipú, Christian Vittori, quien también llegó a la junta.
Sin embargo, quien se llevó todos los elogios fue el boliviano Miguel Ángel Tacurí, quien junto a su cabro chico, Fernando, recorrió los 4 mil 500 kilómetros que separan a Potosí de Maipú para participar en el evento.
El boli contó que en el desierto le sacó el jugo al Fiat del 77, "pero mi angelito (por lo blanco) no me hizo la desconocida y a pesar de lo caliente nunca se me paró".
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