Las olorosas flores y los tiernos peluches nunca pasarán de moda entre los románticos del mundo, pero si quiere innovar y convertirse en la media naranja con más jugo para su pierna, endulce su vida con estas calentonas tortas.

Alejandro Peñaloza (37) viene de una familia dedicada a las masas. Su papá era dueño de una panadería y desde que tiene memoria correteaba entre los sacos de harina. “Siempre andaba jugando en la panadería y veía a mi viejo como hacía el pan y lo vendía, así que esos años igual los cuento como experiencia en este rubro”, amasó el pastelero del amor.

Y como la familia tira más que yunta de bueyes, Peñaloza heredó el negocio, pero cambió el giro: ahora vende sólo pasteles. “Cuando recién se estaba masificando lo de internet, a mediados de los noventa, puse la página de la pastelería, desde ese tiempo sólo vendo en la web. Hago el pedido que el cliente me pida, no hay restricciones a la hora de hacer un pastel”.

“Las despedidas de soltera han sido mi principal público. Las mujeres echan a volar su imaginación a la hora de pedirme tortas con diseños. Como entrego a domicilio, me ha tocado que las mismas chiquillas estén con las trenzas sueltas en plena fiesta y me inviten a pasar, pero como soy profesional me aguanto y no pesco, aunque a veces las ganas son más fuertes; no descarto que un día me pillen volando bajo”, suspiró Peñaloza con las manos en la masa.

Como el chiquillo es de verdad y cumple con su palabra, el cliente siempre tiene la razón. “La oferta está abierta a los diseños que me pidan al igual que los ingredientes, sin licor en la masa, con sacarina para los diabéticos o los que cuidan la línea. Así que lo que sea, vean mi página www.pasteleriaerotica.cl. También es el regalo perfecto para el día de los enamorados en febrero. Los que han comprado en esa fecha me han contado que quedan como rey califa”.