Peluquero cochiguaz felpeó a hermanita que intentó levantarle el pololo

Una riña motivada por los celos terminó con la destrucción de una peluquería y el fin de la sociedad comercial, profesional y conyugal de dos éxitos profesionales de la chasca.
La batahola, que estremeció al jet set bien peinado y despiojado de Iquique, rememoró las engominadas performances de "El Chalo" y "El Giorgio", los mitimitis de la Peluquería Le Bisoñé que interpretaban los comediantes Claudio Reyes y Eduardo Ravani, en el "Jappening con Já".
La cuática fue protagonizada por "El Beto" (22) y su novio, un joven tijeretero diestro en el arte de segar el pelito del caracho, las narices y las orejuelas, alisar el vello ensortijado del bajo vientre y teñir el bello capilar del cráneo, y el monte de Venus para evitar el efecto "taxi".
El incidente se desató cuando la hermana del "Beto" , M.C.U., sin ningún respeto por el matrimonio, comenzó a hacerle ojitos a la pareja del propietario de la esquiladora, con la secreta esperanza de que, gracias a sus cadereos y sus señaléticas de hembra ardiente desertada del ambiente gay y regresara al aburrido y monotemático mundo de los heterosexuales.
El coqueteo no pasó inadvertido por "El Beto", quien se fue con todo en contra de su pariente, a quien acusó de "hot", "escort", mala chica y depravada.
El incidente finalizó con cachetadas, patadas en el ano, apretones en los kiwis y otras manifestaciones de la violencia intersexual que sería largo de enumerar.
Detenido, el agraviado fue llevado ante los tribunales y formalizado por violencia intrafamiliar.
"Eso jamás de los jamases hubiera ocurrido en nuestra peluquería, porque si bien al 'Chalo' y el 'Giorgio' les gustaba el sushi de "tonsoku" (patitas de chancho), eran maricas de los antiguos, muy respetuosos", dijo a La Cuarta Claudio Reyes, al comentar el violento episodio.
- ¿Ocurrió algo así en su peluquería, maestro?
- Nunca tan rudo. Muchas veces los estilistas se recalentaban ante la presencia de un macho recio y trataban de conquistarlo, pero nunca se fueron a las manos por esas leseras. Lo solucionaban por la vía de humorismo.
- ¿Y cuando aparecía una mina que sudaba hormonas de warrior, con Medalla al Valor en combate cuerpo a cuerpo y el dibujo de la alfombra del motel marcada en la espalda?
- En esas oportunidades a cualquiera de los dos se le salía el macho que aún llevaban en el cuerpo y quedaba la cagá. Estaba a punto de romperse el ambiente gay, pero aún así no había cuática ni tragedia. Se hacía comedia sobre el asunto y todo terminaba en carcajadas. ¡Es que 'El Chalo' y 'El Giorgio' eran coquetos, femeninos y gays de buena cepa! ¡Estamos hablando de caballeros maricones, no de maracos!.
A. Lobo/M. Vega
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