Un salvaje crimen perpetrado por una pareja de amantes diabólicos y uno de sus amigos fue descubierto por pura casualidad, durante un control rutinario de tránsito.

Los polis de la Tercera Comisaría de Carabineros de Iquique se ganaron la cabeza de chancho en la rifa cuando cacharon que por la ruta que conduce hacia el vertedero de Alto Hospicio circulaba, cara de raja, un automóvil al cual le faltaba una de sus placa patente.

Los funcionarios siguieron al infractor sin sospechar que el vehículo transportaba el cadáver de un marido engañado a quien su ex mujer, el patas negras y uno de sus secuaces, acababan de matar a palos.

Cuando lograron la detención del vehículo los policías observaron con terror cómo del maletero manaba un hilo de sangre, que comenzó a coagularse ante sus ojos.

DISCUSIÓN

El primer capítulo del cinematográfico crimen se produjo en la casa ubicada en el Pasaje 10, casa 3836, de la población Elena Caffarena, cuando cerca de las 09.00 se dejó caer por el lugar el obrero Carlos Valdés Arancibia (40), y descubrió que en el lugar comían y bebían su ex mujer, Cristina Ávalos Espinoza (30), su amante, Luis Cuéllar Escobar (48), y Luis Soto Cárdenas (29), su mejor amigo. Todos cartoneros.

Enfurecido el macho descartado, le echó en cara a la traidorcilla con qué desvergüenza y desparpajo carreteaba con el usurpador de sus derechos maritales en presencia de su dos hijos.

La discusión alcanzó ribetes inesperados, cuando la mujer, el amante y el amigo, al unísono, se fueron sobre el reclamante y lo mataron a palos.

Enseguida los homicidas amarraron los pies del trabajador, lo empaquetaron con bolsas de basura y lo metieron al portamaletas de un Opel Vectra para deshacerse del cuerpo.

PERRA

Cuando se dirigían al vertedero de Alto Hospicio a enterrar los restos, cayeron en poder de la policía, tras un fallido intento de fuga a toda velocidad.

Fue entonces cuando los polis observaron que corría sangre desde la cajuela y que uno de los sujetos tenía las zapatillas manchadas por los glóbulos rojos, del extinto, y exigieron una explicación.

"Es que se nos murió la perra durante un parto y la vamos a enterrar, mi cabo, respondió, Cuéllar.

Vano esfuerzo para ocultar la masacre. Los polis abrieron el maletero y dejaron al descubierto el cruel homicidio.

Hoy el fiscal Carlos González formulará cargos contra los detenidos en el Tribunal de Garantía local.

A. Lobo/M. Vega