“Es hermoso, es un espectáculo maravilloso. Escuché en las noticias que iba a estar acá y de inmediato pensé en traer a mi niñito”, dijo la esforzada Arnalda Gatica, quien junto a su nieto Isaac (3) ayer se pegó el pique desde Quilicura hasta la Plaza de Armas a mirar la primera intervención urbana en 3D.

La obra, que simboliza una bella rueda de la fortuna que emerge desde el pavimento, fue realizada por el caperuzo toffee Julian Beever, a quien le tomó alrededor de 4 días completar el dibujito, que a partir de hoy, se podrá observar en gloria y majestad a un costado de la Catedral.

El manitos de pincel reconoció que le costó caleta traspasar el bosquejo que realizó en papel al piso.

“Es algo difícil de hacer, son sólo dibujos, pero traerlo a un plano real es la parte más difícil”, aseguró en pulcro inglés.

Para darle vida a su obra, el británico utilizó más de 150 barras de tiza, bolsas ídem, spray para afinar detalles y una esponja con agua para difuminar.

Tanto esfuerzo también trae sus costos, y Julian se quejó de que los materiales que utilizaba le dejaban las manos pa’ la historia.

“Son muy malos para las manos, necesito mucha crema para cuidármelas y sacar la pintura. Si no las cuidas se pueden partir, sobre todo en la punta de los dedos, la piel se rompe y es muy doloroso”, agregó compungido.

El genio, que ha sorprendido a todo el mundo por lo bacán de sus creaciones, fue invitado para cranear la acción de arte en conmemoración del Día del Ingenio, iniciativa de la multinacional 3M, que se conmemora hoy.

Es la segunda vez que Beever pisa suelo chilensis, tras deslumbrar en octubre del 2009 con un dibujo de una gran botella de whisky en el Alto Las Condes, que dejó con la tremenda sed a todos los curiosos.

En esta ocasión, la anamorfosis (método de dibujo que crea una ilusión óptica si se le observa desde cierta perspectiva) además de tomarse el centro de la capital, llegó a otras ciudades de Chilito, como Antofagasta y Concepción.